Exitoso debate en Buenos Aires sobre el enfoque humanitario del desarme nuclear Imprimir
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Debate sobre el enfoque humanitario del desarme nuclear en Buenos Aires, abril 2014.

Verónica Barzola (Argentina) *, Cursante del Postgrado Regional NPSGlobal 2014, 20 mayo 2014.

Días atrás se llevó a cabo en Buenos Aires con gran afluencia de público el debate sobre “Desarme Nuclear: El enfoque humanitario, perspectivas y rol para América Latina” organizado conjuntamente por la Fundación NPSGlobal, la Red de Líderes de América Latina y el Caribe por el Desarme Nuclear y la No-proliferación - LALN y Chatham House, prestigioso think-tank con sede en Londres. El evento presentó la visión de expertos sobre la problemática del desarme y propició el intercambio de opiniones con los asistentes.

El Panel estuvo integrado por especialistas en la materia: Irma Argüello (Argentina), presidente de la Fundación NPSGlobal y secretaria de la Red de Líderes, Sergio Duarte (Brasil), ex Sub-Secretario General de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, miembro de la Red de Líderes y Heather Williams (Reino Unido), investigadora especialista en temas de Seguridad Internacional de Chatham House, institución dedicada a analizar problemáticas vinculadas al campo de las Relaciones Internacionales.

Las presentaciones de los tres expositores giraron en torno a la posición y las responsabilidades de América Latina en relación a la no-proliferación y a las armas nucleares como amenaza para los países desarmados. Asimismo se abordaron las posibles estrategias para incluir y comprometer a los estados con armas nucleares en el debate sobre los efectos humanitarios devastadores del uso de armamento nuclear y sobre los procesos de desarme.

Agunos datos sobre los arsenales nucleares 

Irma Argüello abrió el encuentro dando un dato relevante: se calcula que, actualmente, existen 17.000 armas nucleares en manos de nueve países, pero desplegadas en 14 y circulando por los mares del mundo . Este armamento, mucho del cual es susceptible de ser utilizado en plazos muy cortos una vez que se toma la decisión, se encuentra repartido entre los países llamados P5 (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) quienes por el Tradtado de No Proliferación están autorizados a poseer armas nucleares y entre Israel, Corea del Norte, India y Pakistán (que no son partes del citado Tratado por no haberlo firmado o por haberse retirado de aquél como en el caso de Corea del Norte).

A pesar de que los poseedores son nueve, la situación es más compleja, aclara la presidente de NPSGlobal. Producto de las alianzas estratégicas y del llamado "nuclear sharing" en el marco de la OTAN, las armas están desplegadas además en otros cinco países: Italia, Turquía, Alemania, Bélgica y Holanda. Por otra parte, agrega, el material nuclear para la elaboración de armas, como el plutonio separado o el uranio de enriquecimiento apto para ser utilizado en armas, se haya distribuido en 25 estados (y se lo produce tanto para fines bélicos como para fines pacíficos). No solo la dispersión es preocupante, sostiene; también el hecho de que al estos materiales puedan acceder actores no estatales (ya que se encuentra almacenado en facilidades algunas de ellas con insuficientes niveles de seguridad).

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Por otra parte, explica, la relativa rapidez de reacción de los países poseedores frente a falsas alarmas podría ya haber generado respuestas catastróficas, si no hubiese sido por la relativa sensatez de los decisores. Esto ocurre porque muchas de las armas se encuentran en estado de alerta “hair trigger”; contando, la cadena de mando, con tiempos inferiores a 5 minutos -en algunos casos- para tomar las decisiones de disparo.

Al aspecto puramente de seguridad internacional, se suma también el económico. Argüello sostiene que a los países poseedores les cuesta 11 millones de dólares -por hora- el mantenimiento del armamento nuclear (según los valores de 2011). Para entender la magnitud del monto, tal dinero invertido en otros campos ayudaría a reducir en un 60% la pobreza mundial en diez años.

Desde su perspectiva, la disuasión -como argumento para sostener la posesión de armamento nuclear- se desbarata si se piensa el mundo en un marco post-westfaliano, donde surgen un sinnúmero de actores internacionales no-estatales para los que la amenaza nuclear no funciona como un factor disuasivo.

El hecho de que Latinoamérica tenga bajo riesgo potencial de ser blanco de un atentado/ataque nuclear directo -agrega-, no significa que la región esté fuera de riesgo. Un ataque nuclear entre las potencias, tendría consecuencias indirectas devastadoras para los países en desarrollo más que para ningunos otros.

Más allá de esto, sostiene que el debate actual gira en torno a si la eliminación del armamento nuclear debe hacerse de manera gradual o de manera drástica y si deben incluirse en el proceso a los P5 o no. Las garantías negativas de seguridad, dice, podrían ser ejemplo de medidas intermedias en un enfoque gradual (ya que obligarían efectivamente a que los países poseedores se abstuviesen de utilizarlas con los países que no las poseen).

Por otra parte, siendo América Latina una zona libre de armas nucleares podría jugar un papel importante como un líder moral en el proceso de negociación para el desarme. La región debe debatir este tema desde un lugar pragmático. Esto implica que, además de lo urgente de su realidad (asuntos económicos o sociales) y luego de reconocer las consecuencias potenciales, se debería nstalar este debate en la agenda de los gobiernos y de la sociedad.

Desarme nuclear: enfoque tradicional o humanitario?

El embajador Sergio Duarte planteó la dificultad pasada y presente de las negociaciones internacionales acerca del desarme. Sostuvo que aquello que ha guiado, en algún modo, todos los esfuerzos de los estados por la paz desde 1945 ha sido la Carta de las Naciones Unidas; seguida por el TNP-Tratado de No Proliferación Nuclear (de 1970). Si bien, agrega, éste último frenó el crecimiento armamentístico, por otra parte convalidó la posesión de armamento nuclear de los P5. A su vez, Corea del Norte –en principio firmante- renunció al tratado en 2003; e India, Israel y Pakistán nunca adhirieron.

Para la región fue especialmente relevante el Tratado de Tlatelolco (1969) para la Prohibición de Armas Nucleares en América Latina y el Caribe. En 1997 se firma de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenaje y Uso de Armas Químicas y sobre su destrucción. Duarte sostiene que éste ha sido el último tratado internacional de gran alcance firmado en pos del desarme.

Aclaró que –si bien la situación es mejor que la existente durante la Guerra Fría (cuando había aproximadamente 75.000 armas nucleares)- el lado más complejo de la problemática actual es que no existe ni tratado ni convención internacional que obligue definitivamente a los estados a deshacerse de su armamento.

A pesar de esto, comenta, en 2010 un gran número de países –incluso los poseedores de armamento- reconocieron su preocupación por las consecuencias humanitarias del uso. Este planteo, según el experto brasileño, es el que ha generado un nuevo enfoque y ha dado ímpetu a los esfuerzos que se venían realizando en pos del desarme.

Concluyó con una reflexión acerca de si el hecho de que América Latina sea una zona libre de armas nucleares es un facilitador para que los países poseedores acepten entrar en el debate o si, por el contrario, es una especie de “tabú moral” que los aleja aún más. Si embargo, aclaró, el desarme nuclear es una responsabilidad compartida de todos los estados, con o sin armas nucleares.

Actividad en los foros internacionales

A continuación Heather Williams abordó especialmente las temáticas que en torno a las cuales se basarán las próximas reuniones internacionales en las que se debatirá el desarme nuclear y el enfoque humantiario.

Noruega, según la investigadora, es el país que tomó el liderazgo en temas de concientización humanitaria y en marzo de 2013, en Oslo, organizó la Primera Conferencia Internacional sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares. En esta reunión participaron 125 países, incluso India y Pakistán. Pero los P5, alcara, no asistieron bajo la excusa de que consideraban el debate una “distracción” del enfoque paso a paso con el cual se encontraban comprometidos.

Este año, México fue el anfitrión de la Segunda Conferencia en el plano humanitario, realizada en Nayarit el pasado febrero. Asistieron allí 146 países y muchas organizaciones no gubernamentales entre ellas la Fundación NPSGlobal. Otra vez los P5 estuvieron ausentes.

Comentó Williams además, que el Tercer Comité Preparatorio (PrepCom) de la Conferencia de Revisión de 2015 del TNP, que culimnó este mes fue un marco para debatir asuntos importantes como la posibilidad del establecimiento de una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente y las formas de incrementar mecanismos de transparencia y cooperación entre los estados poseedores, además de aspectos de procedimiento para la Conferencia de 2015.

Austria anunció en Nayarit la organización de la Tercera Conferencia sobre le Impacto Humanitario de las Armas Nucleares a realizarse en Viena (el 8 y 9 de diciembre, anunciada durante en PrepCom) y Williams sostiene que se espera que en la citada Tercera Conferencia se modifique la estructura de presentación para facilitar el debate, se haga hincapié en los efectos humanitarios, se analicen los riesgos compartidos, se establezcan mecanismos de gestión de las consecuencias (dirimiéndose entre las dos posturas que oscilan en hacer foco en la respuesta o en la prevención).

La especialista plantea que es casi natural ver el tema como una división entre dos posturas (justos/injustos) pero, al fin y al cabo, los impactos humanitarios muestran que esta posición es errada, ya que las consecuencias de un ataque nuclear afectan a todos los países sinexcepción.

Desde su perspectiva, en algún punto, el debate sobre las consecuencias humanitarias colabora directamente con los esfuerzos de desarme, ya que modifica la forma en que se percibe la problemática y la manera en que los gobiernos la tratan. Por otra parte, América Latina puede contribuir de muchas maneras, incluso desde un lugar de autoridad moral (perspectiva que no siempre es incluida en el debate), debido a su condición de zona nunca se han desplegado armas nucleares.

La Corte Internacional de Justicia de La Haya opinó que el uso de armas nucleares vulnera el Derecho Internacional Humanitario

Durante el debate se abordó la cuestión de la Opinión Consultiva de la Corte Internacional de Justicia de La Haya emitida en 1996, luego de que se le consultara acerca de si autorizaba el derecho internacional, en alguna circunstancia, la amenaza de uso o el uso de armas nucleares. Tal opinión consultiva sostenía que por un lado no había tratados internacionales, ni costumbres internacionales, que prohíban su uso; pero por otro que su utilización vulneraba todos los principios del Derecho Internacional Humanitario. Como conclusión, desde una posición ambigua, se expidió diciendo que no tenía elementos suficientes para determinar que la utlización de armas nuclearees -o su amenaza de uso- se encontrasen prohibidas. En este sentido, la investigadora sostiene que no es el momento de reabrir la discusión sobre la opinión consultiva y pedir a la corte que revea el fallo. Las razones son varias, pero entre ellas se destacan dos: el pedido podría dispersar el debate que se está realizando en torno a las consecuencias humanitarias y la Corte podría reveer el fallo y llegar a la misma conclusión.

En los últimos tramos del evento, el foco estuvo puesto en cuáles deberían ser las acciones a seguir por parte de los estados sin armas nucleares para colaborar con el desarme. Ideas tsales como exigir mayor transparencia a los estados poseedores de armas nucleares, fortalecer una norma sobre el control de armas y el desarme, reconocer los esfuerzos que sí han hecho algunos de los P5 por desarmarse o disminuir su arsenal, y por último ayudar a reemplazar en la consideración internacinal el prestigio que da el ser un país poseedor de armas nucleares por el que representa ser un país que ha decidido no poseer ni desarrollar armas nucleares. Porque si bien la justificación más usada para poseerlas está vinculada a la disuasión, en un plano subyacente la idea de pertenecer los estados nuclearmente armados, todavía se percibe como un símbolo de poder internacional.

Una causa de largo plazo que nos involucra a todos

El encuentro sobre Perspectivas y rol para América Latina en relación al desarme nuclear y al enfoque humanitario tuvo como corolario una reflexión acerca de la creciente necesidad de que temática se inserte en la agenda de los gobiernos, organizaciones políticas, medios y en la sociedad en general de modo de aumentar la conciencia sobre el tema y generar especios de debate que lleven a los gobiernos en su rol interno e internacional a tomar las mejores decisiones.

Muchos de los que participaron manifestaron us ienterés de que estos debates se repitan en el marco de NPSGlobal.

 

* Con la colaboración de Eli Rodríguez Matínez (México), Cursante del Postgrado Regional NPSGlobal

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