Corea del Norte desarrolló de modo autónomo el misil que probó en diciembre Imprimir
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ABC, 21 ene 2013.

Corea del Norte fabricó de forma autónoma las partes más importantes del cohete de largo alcance con el que en diciembre puso en órbita su primer satélite espacial, explicaron expertos de Seúl tras examinar restos del proyectil caídos en aguas surcoreanas.

El análisis ha revelado que Corea del Norte utilizó cuatro motores de tipo vernier y cuatro de tipo Rodong, todos de desarrollo propio, para lograr una propulsión de 120 toneladas para la primera fase, además de 10 componentes importados de China y Europa, en general cables y dispositivos eléctricos, según la agencia Yonhap.

Sin embargo, no se han hallado materiales que violen el Régimen de Control de Tecnología de Misiles, directriz voluntaria firmada por 34 países que pretende limitar las exportaciones de sistemas y tecnología de misiles balísticos. Corea del Norte «ha perfeccionado tecnología de misiles balísticos de largo alcance mediante varias pruebas y experimentos» a pesar de que las sanciones de la ONU le impiden desarrollar ciertas tecnologías avanzadas en defensa, evaluó el portavoz.

Hasta 10.000 kilómetros

Tras analizar los restos de la primera fase del cohete, recuperados de aguas surcoreanas del Mar Amarillo (Mar Occidental) las semanas posteriores al lanzamiento del pasado 12 de diciembre, los expertos surcoreanos creen que Pyongyang probó con éxito un misil balístico intercontinental. Éstos consideran que el proyectil norcoreano es capaz de volar hasta 10.000 kilómetros, lo que supone una mejora en las capacidades de defensa con misiles del régimen de Kim Jong-un.

Corea del Sur y EE.UU., que mantienen la teoría de que el proyecto espacial norcoreano encubre un ensayo ilegal de misiles balísticos, instaron las pasadas semanas al Consejo de Seguridad de la ONU a reforzar las sanciones que ya impone a Corea del Norte por anteriores ensayos nucleares y de misiles.

Por su parte, Corea del Norte asegura que su proyecto espacial solo perseguía fines exclusivamente científicos, al haber puesto en órbita un satélite de observación.

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