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La amenaza nuclear no ha disminuído

 

Diario Clarín, Argentina
Irma Argüello

24 marzo 2012| Link al artículo original

El próximo lunes 26, bajo el lema “Más allá de la seguridad, hacia la paz”, 54 jefes de estado y líderes de organizaciones multilaterales se reunirán en Seúl para acordar nuevas medidas para reforzar la seguridad nuclear.

Un encuentro de esta magnitud muestra la relevancia que se le otorga al terrorismo nuclear como amenaza real y tangible.
terrorismo nuclearEl robo de material de alto riesgo (uranio altamente enriquecido o plutonio) para fabricar una bomba atómica rudimentaria y detonarla en una ciudad superpoblada es el escenario más aterrador. La dispersión de material radioactivo llevaría no sólo a la contaminación de personas, sino a una alta disrupción del funcionamiento social. Y un atentado en una central nuclear provocaría un nuevo “Fukushima”.

Aunque este tema es para algunos una prioridad artificialmente impuesta por las potencias occidentales, las evidencias parecen mostrar lo contrario. Además de la pérdida de vidas humanas, si un acto de terrorismo nuclear ocurriera en algún lugar ningún país estaría exento de sus consecuencias políticas, económicas y sociales. Por ejemplo, el colapso global de muchas actividades productivas llevaría a millones de personas bajo la línea de pobreza.Estos impactos generarían un mundo muy diferente al actual.

Por otra parte, varios hechos muestran la existencia de un riesgo real y la necesidad de tomar acciones globales. Varios grupos terroristas expresaron su intención de obtener tecnología de armas de destrucción masiva, particularmente la nuclear. Además, los inventarios mundiales de materiales nucleares son tan grandes que permitirían construir más de 100.000 bombas atómicas.

En este escenario, el presidente estadounidense, Barack Obama, convocó a la Cumbre de Seguridad Nuclear de Washington en 2010 para ocuparse del tema. Allí, 50 líderes mundiales dieron los primeros pasos para, coordinadamente, aumentar la seguridad de los materiales nucleares y prevenir su tráfico ilícito.

Cerca de 30 países, entre ellos Argentina, asumieron compromisos para reducir sus debilidades ante el terrorismo nuclear, ya sea reduciendo materiales sensitivos como adhiriendo y ratificando los tratados e iniciativas en el tema.

A los logros de esta primera Cumbre (se cumplieron el 80% de los compromisos) se suma el desafío de la Cumbre de Seguridad Nuclear 2012 de Seúl, donde Argentina estará también presente. Allí se dará un paso más en materia de prevención y podrían sentarse las bases para cambiar el actual régimen internacional de seguridad nuclear por otro mejor para enfrentar los riesgos futuros.

Con respecto a Latinoamérica, la responsabilidad excede el evitar un incidente nuclear. El mayor desafío es que ningún país de la región, por acción o sus propias vulnerabilidades (corrupción, baja calidad institucional o tolerancia al crimen organizado), contribuya a que un eventual atentado ocurra en cualquier lugar del mundo.

Un aspecto importante es que estos foros apuntan a reforzar el derecho soberano de las naciones al uso pacífico de la energía nuclear . En efecto, la responsabilidad con que un país combata el terrorismo nuclear beneficiará de muchas formas a su desarrollo nuclear pacífico, ya que ganará en credibilidad, confiabilidad y apoyo internacional.



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