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Resulta factible una nueva negociación nuclear?

Resulta factible una nueva negociación nuclear?Carnegie Report
Deepti Choubey

Octubre 2008 | Link al artículo original (Inglés)

Si los Estados Unidos y otros países con armas nucleares toman acciones hacia el desarme, también anhelan que países no poseedores de estas armas apoyen los esfuerzos adicionales para prevenir su diseminación y uso.


Pero los estados sin armas nucleares tienen una visión diferente. Citando las promesas no cumplidas de los primeros, declaran que tal negociación es injusta y una lectura errónea del panorama político. Una mayor comprensión de la visión de los países sin armas nucleares le daría a la próxima administración de Estados Unidos una importante oportunidad de liderar la reconstrucción del régimen de no-proliferación, hoy en día seriamente dañado, explica Deepti Choubey en un nuevo report.

Luego de extensas entrevistas con funcionarios de los ministerios de relaciones exteriores de dieciséis países sin armas nucleares – incluyendo algunos aliados de los Estados Unidos (dentro y fuera de la OTAN), líderes claves del sur global, y miembros del Movimiento de No Alineados– Choubey evalúa el nivel de erosión de la confianza que tienen estos estados respecto de cuán seriamente los estados con armas nucleares toman sus obligaciones de desarme.

Deepti proporciona una prueba de “realidad” respecto del ámbito en el cual los funcionarios de los Estados Unidos buscan avanzar en su agenda no-proliferación, ofrece un enfoque paso a paso para comprometer a los estados sin armas, y explica qué desean estos estados y cómo ellos también podrían maximizar su propia agenda, respondiendo a señales positivas de los Estados Unidos.

Recomendaciones clave:

La próxima administración de los Estados Unidos debería:

Reconocer y reconfirmar los compromisos de desarme anteriores.
Sin ambigüedades, desenfatizar en el próximo documento de la Estrategia Nacional de Seguridad (US National Security Strategy) y en la revisión de la Posición nuclear (Nuclear Posture Review), el rol de las armas nucleares en la política de seguridad nacional.
Recomprometer aspectos de la maquinaria de desarme, a la vez que establecer un cronograma de acción, indicando expectativas acerca de los roles de todos los estados.
Negociar un tratado de corte de los materiales físiles y ratificar el tratado de Prohibición total de las pruebas nucleares (Comprehensive Test Ban Treaty – CTBT).
Actualizar la doctrina nuclear de la OTAN a las amenazas presentes.
Convocar un equipo de funcionarios de alto nivel, que puedan escuchar los reparos de los países sin armas nucleares y reorientar la política de los Estados Unidos en anticipación a la Conferencia de Revisión del Tratado de No-proliferación de Armas Nucleares - NPT del 2010.

Los estados sin armas nucleares deberían, a su vez:

Reconocer las dificultades que implica un desarme nuclear global total.
Demandar un mayor desarme a otros estados con armas nucleares, además de a los Estados Unidos.
Hacer progresos primero en áreas de interés común entre estados, con y sin armas nucleares.
Resolver inconsistencias de política interna – particularmente el desacuerdo entre los miembros de la OTAN respecto de la utilidad de su paraguas nuclear.
Los aliados protegidos por los Estados Unidos deberían tener algún peso en los debates de aquel país respecto de su postura nuclear, y hacer conocer su grado de confort respecto del tamaño del arsenal nuclear del país.

Choubey concluye:

“En la proliferación y el desarme de armas nucleares, el liderazgo y la autoridad americana se han erosionado tan profundamente que han puesto en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos. Hay un camino hacia adelante, si los que elaboran las políticas en la nación reconocen que el desarme no es altruismo. Por el contrario, es vital para la seguridad del país. Muchos países deben tomar acciones correctivas para mejorar el régimen de no-proliferación, pero los Estados Unidos están en la mejor capacidad para hacerlo. Con la nueva administración y el impacto que puede tener una acción de los Estados Unidos en el régimen internacional, y en la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación del 2010, los Estados Unidos tienen una importante oportunidad de recuperar su liderazgo.”

Acerca del autor
Deepti Choubey es subdirectora del Programa de No-proliferación de Carnegie Endowment for International Peace. Sus intereses de investigación incluyen las especulaciones acerca de los estados sin armas nucleares, la intersección entre las agendas de no-proliferación y cambio climático, y el rol de la no-proliferación en la política de largo plazo de los Estados Unidos. Antes de unirse a Carnegie Endowment en 2006, Choubey fue directora de la Iniciativa de Paz y Seguridad (Peace and Security Initiative - PSI) del Ploughshares Fund.

Traducción: Fundación NPSGlobal

 

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