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Cómo proteger nuestra disuasión nuclear

Kissinger,Shultz,Perry y Nunn, Un mundo libre de armas nucleares

Es necesario mantener la confianza en nuestro arsenal nuclear a medida que se reduce el número de armas.

 

The Wall Street Journal
Henry A. Kissinger, George P. Shultz, William J. Perry y Sam Nunn.


19 enero de 2010 I Link al artículo original (en inglés)

 

Nosotros cuatro nos hemos reunido, y ahora se han sumado muchos otros, para apoyar un esfuerzo mundial para reducir la dependencia en las armas nucleares, para prevenir su propagación en manos potencialmente peligrosas, y en último término, para ponerles fin como amenaza para el mundo. Lo hacemos en el reconocimiento de su claro y amenazante desarrollo.

La propagación acelerada de las armas nucleares, conocimientos nucleares y material nuclear nos ha llevado a un punto de inflexión. Nos enfrentamos a una posibilidad muy real de que las armas más mortíferas jamás inventadas caigan en manos peligrosas.

Pero a medida que trabajamos para reducir el armamento nuclear y hacer realidad la visión de un mundo sin armas nucleares, reconocemos la necesidad de mantener la seguridad y la fiabilidad de nuestras propias armas. Tienen que estar seguras, de modo que no detonen involuntariamente, para que no puedan ser utilizadas en forma no autorizada y confiables para que puedan seguir proporcionando la capacidad de disuasión que necesitamos, siempre y cuando otros países tengan esas armas.

Esta es una responsabilidad solemne, habida cuenta de las consecuencias extremas de una potencial falla en cualquiera de estos aspectos.

Durante los últimos 15 años estas tareas han sido llevadas a cabo exitosamente por los ingenieros y científicos nucleares de las plantas de producción de armas de la nación y por los tres laboratorios nacionales (Lawrence Livermore en California, Los Álamos en Nuevo México, y Sandia en Nuevo México y California).

Equipos de personas con talento, con equipos cada vez más potentes y sofisticados, han producido métodos para certificar que las reservas cumplen con los estándares requeridos. El trabajo de estos científicos ha permitido que los Departamentos de Defensa y de Energía puedan certificar la seguridad y la fiabilidad de los arsenales nucleares de los Estados Unidos, cada año desde que el programa de certificación se inició en 1995.

Los tres laboratorios, en particular, deberían ser aplaudidos por el éxito que han logrado en la extensión de la vida de las armas existentes. Su trabajo ha dado lugar a importantes avances en la comprensión científica de las explosiones nucleares y evitado la necesidad de pruebas subterráneas con explosivos nucleares.

Sin embargo, existen problemas potenciales venideros, según lo indicado por la Comisión para la Postura Estratégica liderada por el ex Secretarios de Defensa Perry y James R. Schlesinger. Esta Comisión, que presentó su informe al Congreso el año pasado, exige importantes inversiones en una infraestructura de armas nucleares para reparación y modernización y recursos adicionales para los tres laboratorios nacionales.

Estas inversiones se necesitan urgentemente para deshacer las consecuencias negativas de profundas reducciones en los últimos cinco años en los presupuestos de los laboratorios para los programas de ciencia, tecnología e ingeniería que apoyan y respaldan la disuasión nuclear de la nación.

Los Estados Unidos deben seguir atrayendo, desarrollando y reteniendo a los mejores científicos, ingenieros, diseñadores y técnicos que necesitaremos para mantener nuestro arsenal nuclear, cualquiera que sea su tamaño, tanto tiempo como lo requiera la seguridad de nuestra nación. Esta capacidad científica es igualmente importante para el objetivo a largo plazo de lograr y mantener un mundo libre de armas nucleares con toda la experiencia adecuada en verificación, detección, prevención y aplicación que se requiere.

Nuestras recomendaciones para mantener un arsenal nuclear seguro y fiable son coherentes con las conclusiones de un estudio técnico concluido recientemente encargado por la Administración Nacional de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía. Este estudio fue realizado por JASON, un grupo de asesoramiento de defensa independiente compuesto por científicos de alto nivel que tienen pleno acceso a la información clasificada pertinente.

El estudio JASON encontró que "la vida de las ojivas nucleares de hoy podría extenderse por décadas, sin pérdida prevista en la confianza, utilizando enfoques similares a los que se emplean en Programas de Extensión de vida hasta la fecha." Pero los científicos JASON también expresaron preocupación por que "todas las opciones para extender la vida del arsenal de armas nucleares se basan en el mantenimiento y renovación permanente de conocimientos y capacidades en ciencia, tecnología, ingeniería y producción única para el programa de armas nucleares. " El equipo de estudio dijo que estaba "preocupado de que esta experiencia se vea amenazada por la falta de estabilidad del programa, percibida falta de importancia de la misión, y la degradación del ambiente de trabajo."

Estas preocupaciones pueden y deben ser abordadas proveyendo la financiación adecuada y estable para el programa. Mantener una confianza alta en nuestro arsenal nuclear es fundamental, ya que el número de estas armas se reduce. Esto también es consistente con –y necesario- para el liderazgo de Estados Unidos en no-prolioferación, reducción de riesgos, y el objetivo de reducción de armas.

Al proporcionar las inversiones necesarias para el largo plazo, también fortalecemos la confianza en nuestras capacidades técnicas para tomar los pasos esenciales necesarios para reducir los peligros nucleares en todo el mundo. Estas medidas incluyen la prevención de la proliferación y el prevenir que armas nucleares o material utilizable en armas caigan en manos peligrosas.

Si queremos tener éxito en evitar estos peligros, el aumento de la cooperación internacional es vital. A medida que trabajamos para construir esta cooperación, nuestros amigos y aliados, así como nuestros adversarios, se darán cuenta de nuestras propias acciones en el ámbito nuclear. Proveer la defensa de esta nación siempre precederá sobre todas las otras prioridades.

Deben ser adoptadas salidas de nuestras estrategias de gestión existentes cuando son esenciales para mantener un elemento de disuasión seguro y eficaz. Pero, como nuestro colega Bill Perry señaló en su prefacio al Informe Estratégico de la Postura Americana, hay que "moverse en dos caminos paralelos: un camino que reduce los peligros nucleares mediante el mantenimiento de nuestra disuasión, y el otro que reduce los peligros nucleares mediante el control de armamentos y programas internacionales para prevenir la proliferación”. Habida cuenta de las amenazas actuales de proliferación nuclear y el terrorismo nuclear, estos imperativos no son mutuamente excluyentes. Para proteger la seguridad de nuestra nación, debemos tener éxito en ambos.

Más allá de nuestra preocupación acerca de nuestra propia reserva, tenemos un profundo interés de seguridad para garantizar que todas las armas nucleares en todas partes sean resistentes. Debemos buscar un diálogo con otros Estados que poseen armas nucleares y que comparten nuestros conceptos de seguridad y tecnologías consistentes con nuestra propia seguridad nacional.

George Shultz fue Secretario de Estado de 1982 a 1989. William Perry fue Secretario de Defensa de 1994 a 1997. Henry Kissinger fue Secretario de Estado de 1973 a 1977. Sam Nunn fue Presidente de la Comisión de Servicios Armados del Senado.

Traducción: Fundación NPSGlobal

La Fundación NPSGlobal es una institución asociada al Proyecto de Seguridad Nuclear - Nuclear Security Proyect que impulsan los cuatro autores. El objetivo del programa es promover acciones globales para reducir el riesgo de que se utilicen armas nucleares, aumentando la comprensión del problema, la toma de conciencia, el apoyo a la acción de los que diseñan e instrumentan políticas públicas, de los expertos y del público de todo el mundo, buscando así cambiar significativamente la dirección y, por ende reducir los peligros nucleares.


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