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VIERNES
may 03
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Discurso de Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama en Moscú PDF Imprimir Correo
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7 jul 2009, Moscú.    Barack Obama en la Escuela de Economía Rusa                 

“Muchas gracias. Felicitaciones, Oxana y a toda la clase de 2009 felicitaciones también. No se si alguno encontrará a su futuro esposo o esposa en clase como yo, pero estoy seguro que todos tendrán excelentes carreras.

Quiero reconocer a algunas de las personas que se encuentran aquí. Tenemos al Presidente Mikhail Gorbachev entre nosotros, y me gustaría que le dieran un fuerte aplauso. Quiero agradecer a Sergei Gurief, Director de la New Economic School (NES), Max Boiko, el Presidente de la Junta, y a Arkady Dvorkovich, que es miembro de la junta de la NES, Presidente de la Asociación de Ex Alumnos y está realizando un excelente trabajo para el Presidente Medvedev, ya que estuvo en nuestro encuentro ayer. Buenos días. Es un gran honor para mí estar junto a ustedes en la NES. Michelle y yo estamos encantados de estar en Moscú, y para alguien que nació en Hawai, estoy muy contento de haber venido en julio en vez de enero.

Se que la NES es una Universidad joven, pero les hablo hoy con gran respeto por el inmortal patrimonio cultural ruso. Los escritores rusos nos han ayudado a comprender la complejidad de la experiencia humana y a reconocer verdades eternas. Los pintores, compositores y bailarines rusos nos han introducido a nuevas formas de belleza. Los científicos rusos han curado enfermedades, buscado nuevas barreras al progreso y ayudado a llegar al espacio.

Estas son contribuciones que se contienen en las barreras del país, por mas vastas que estas sean. De hecho, la herencia rusa ha tocado cada esquina del mundo, y le habla a la humanidad que compartimos. Esto incluye a mi propio país, el cual ha sido bendecido con inmigrantes rusos por décadas; hemos sido enriquecidos por la cultura rusa y mejorados por la cooperación. Como residente de Washington D.C. sigo obteniendo beneficios de las contribuciones de rusos – especialmente de Alexander Ovechkin. Estamos felices de tenerlo en Washington, D.C.

Ustedes, aquí en la NES, han heredado este gran legado cultural, pero su enfoque económico no es menos fundamental para el futuro de la humanidad. Como dijo Pushkin, “la inspiración es necesaria tanto en geometría como en poesía”, y hoy, quiero hablarles en particular a aquellos que se están preparando para graduarse. Ustedes serán líderes en lo académico y en la industria; en las finanzas y en el gobierno. Pero antes de que sigan adelante, es importante reflexionar en lo que ha pasado en sus jóvenes vidas.

Al igual que el Presidente Medvedev y yo, ustedes no son lo suficientemente viejos como para haber sido testigos de las horas más oscuras de la Guerra Fría, cuando las bombas de hidrógeno eran probadas en la atmosfera, los niños escondidos en refugios antinucleares, y se llegaba al límite de la catástrofe nuclear. Pero son la última generación nacida cuando el mundo estaba dividido. En ese momento, los ejércitos americanos y soviéticos todavía estaban concentrados en Europa, entrenados y listos para pelear. Las trincheras ideológicas del siglo pasado estaban bruscamente colocadas. La competición en todo tipo de forma, ya sea en astrofísica o en el atletismo era tratada como un juego de suma cero. Si una persona ganaba, la otra tenía que perder.

Y entonces, en unos pocos años, el mundo como lo conocíamos dejó de existir. Ahora, no se confundan: este cambio no llego de una nación. La Guerra Fría llegó a su fin por las acciones de muchas naciones a través de los años, y porque las personas de Rusia y Europa del Este se pararon y decidieron que esto terminaría de forma pacífica.

Con el fin de la Guerra Fría, hubo muchas esperanzas – para la paz y prosperidad; para nuevos acuerdos entre naciones, y nuevas oportunidades para los individuos. Como en todos los períodos de grandes cambios, era el momento para planes ambiciosos y posibilidades ilimitadas. Pero por supuesto, las cosas no siempre funcionan como uno las planea. En 1993, poco después de que esta escuela abriera sus puertas, un estudiante de la NES resumió la dificultad de cambiar al declararle a un periodista, y lo cito “El mundo no es tan racional como en el papel”. El mundo real no es tan racional como en el papel.

Luego de dos tumultuosas décadas, esa verdad ha hecho eco en todo el mundo. Gran bienestar se ha creado, pero no ha eliminado los grandes focos de pobreza extrema. La pobreza existe aquí, en los Estados Unidos, y en todas partes del mundo. Mas personas han ido a las urnas, pero demasiados gobiernos todavía fallan al proteger los derechos de los pueblos. Las luchas ideológicas han disminuido, pero han sido reemplazadas por conflictos tribales, étnicos y religiosos. Un ser humano con una computadora puede poseer la misma cantidad de información que la Biblioteca Nacional Rusa, pero esa misma tecnología puede ser usada también para causar enormes daños.

En una nueva Rusia, la desaparición de las Viejas restricciones políticas y económicas luego del fin de la Unión Soviética trajeron tanto oportunidades como privaciones. Algunos prosperaron, pero muchos más no lo hicieron. Fueron tiempos duros. Pero la población rusa mostró fuerza e hizo sacrificios, y lograron progresar a través de una creciente economía y mayor confianza. Y a pesar de los momentos dolorosos, muchos de los países de Europa Oriental y Rusia se encuentran mejor hoy que hace 20 años. Vemos este progreso aquí en la NES – una universidad fundada con aportes occidentales que es hoy distintivamente Rusa; un espacio para aprender y preguntar, donde la prueba de una idea no es su procedencia geográfica (europea, rusa o americana) sino si funcional. Más allá de todo vemos ese progreso en todos ustedes- jóvenes con un nuevo siglo para formarlo como se les ocurra.

Su tiempo coincide con esta era de transición. Pero piensen sobre las preguntas fundamentales que se trataron al momento de la fundación de esta universidad. ¿Que tipo de futuro tendrá Rusia? ¿Que tipo de futuro tendrán Rusia y Estados Unidos juntos? ¿Que orden mundial reemplazará a la Guerra Fría? Esas preguntas todavía no tienen respuestas claras, y ahora deben ser respondidas por ustedes – por su generación en Rusia, América y todo el mundo. Ustedes tienen la capacidad de decidir. Y a pesar de que no puedo responder esas preguntas por ustedes, puedo hablar del futuro que América busca. Para empezar, déjenme ser claro: América quiere una Rusia fuerte, pacífica y próspera. Esta concepción esta enraizada en nuestro respeto por el pueblo ruso, y una historia compartida entre nuestras naciones que va más allá de nuestra competencia. Más allá de nuestras rivalidades pasadas, nuestros pueblos fueron aliados en la mayor lucha del siglo pasado. Recientemente, note mientras estaba en Normandía – que mientras hombres de Boston y Birmingham arriesgaban todo lo que tenían para tomar esas playas y escalar esos acantilados, soldados soviéticos de zonas como Kazan y Kiev soportaron penurias inimaginables para repeler una invasión y cambiar las mareas en el este. Como dijo el presidente John Kennedy, “ninguna nación en la historia sufrió mas que la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial”.

Mientras honramos el pasado, también reconocemos el beneficio futuro que surge de una fuerte y vibrante Rusia. Piensen en los problemas que definirán sus vidas: la seguridad frente a las armas nucleares y el extremismo, el acceso a los mercados y a la oportunidad, salud y medio ambiente, un sistema internacional que proteja la soberanía y los derechos humanos, mientras promueve la estabilidad y el progreso. Estos retos demandan una sociedad global, y esta sociedad será mas fuerte si Rusia ocupa su lugar como potencia mundial.

Sin embargo, desafortunadamente existe a veces un sentido de que las viejas concepciones deben prevalecer, viejas formas de pensamiento, una concepción del poder que está enraizada en el pasado y no en el futuro. Hay una visión del siglo 20 que marca que los Estados Unidos y Rusia están destinados a ser antagónicos, y que una Rusia fuerte o una América fuerte solo pueden ubicarse de forma opuesta. Hay también una visión del siglo 19 que marca que estamos destinados a funcionar en esferas de influencia, y que las grandes potencias deben formar bloques competitivos para balancearse mutuamente.

Estas concepciones están equivocadas. En 2009, gran poder no se muestra dominando o demonizando otros países. Los días cuando los imperios podían tratar a los estados soberanos como piezas de ajedrez se han acabado. Como dije en El Cairo, dada nuestra interdependencia, cualquier orden mundial que trate de elevar una nación o grupo por sobre otra fallará inevitablemente. La búsqueda del poder no es un juego de suma cero – el progreso debe ser compartido.

Por esto he llamado a un “reinicio” de las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia. Esto debe ser más que un nuevo comienzo entre el Kremlin y la Casa Blanca, aunque esto es importante y hemos tenido excelentes discusiones con su Presidente y Primer Ministro. Debe ser un esfuerzo sostenido entre los pueblos rusos y americanos identificarse por intereses mutuos, y expandir el dialogo y la cooperación que podrá pavimentar el camino al progreso.

Esto no será fácil, es difícil forjar una sociedad duradera entre viejos adversarios. Es difícil cambiar los hábitos que han sido engranados en nuestros gobiernos, y nuestras burocracias por décadas. Pero creo que en los asuntos fundamentales que darán forma a este siglo, los americanos y los rusos comparten intereses comunes que forman la base para la cooperación. No es mi trabajo definir los intereses nacionales rusos. Pero puedo comentarles los intereses nacionales de Estados Unidos, y creo que encontraran que compartimos un campo fundamental.

Primero, América tiene interés en invertir la propagación de armas nucleares y prevenir su uso. En el siglo pasado, generaciones de americanos y rusos heredaron el poder de destruir naciones, y la concepción de que utilizar ese poder traería la destrucción mutua. En 2009, nuestra herencia es diferente. Ustedes y yo no tenemos que cuestionar si los lideres americanos y rusos respectaran un balance de terror – entendemos las consecuencias horrorosas de cualquier tipo de guerra entre nuestros países. Pero tenemos que pensar si aquellos extremistas que han matado civiles inocentes en Nueva York y en Moscú mostrarán la misma compostura. Tenemos que preguntar si 10, 20 o 50 naciones poseedoras de armas nucleares protegerán sus arsenales y se abstendrán de su uso.

Este es el núcleo del reto nuclear del siglo 21. La noción del prestigio que surge de poseer esas armas, o la noción de saber que podemos protegernos mediante la decisión de elegir que naciones pueden poseerlas, ambas nociones son ilusiones. En el corto período de tiempo que transcurrió desde el fin de la Guerra Fría hemos visto a India, Pakistán y Corea del Norte conducir pruebas nucleares. Sin ningún cambio fundamental, podemos creer que en las próximas décadas no habrá una mayor proliferación de armas nucleares?

Por eso, Estados Unidos está comprometido con la detención de la proliferación nuclear, y la búsqueda de un mundo sin armas nucleares. Esto es coherente con nuestro compromiso con el Tratado de No Proliferación. Esa es nuestra responsabilidad como las dos naciones líderes en poder nuclear. Y mientras se que esta meta no se cumplirá pronto, su búsqueda provee los cimientos legales y morales para prevenir la proliferación y uso eventual de las armas nucleares.

Ya estamos tomando pasos importantes para construir esta base. Ayer, el Presidente Medvedev y yo hicimos progresos en la negociación de un Nuevo tratado que reducirá substancialmente nuestras cabezas y sistemas de lanzamiento. Renovamos nuestro compromiso para una energía nuclear limpia, segura y pacífica, que debe ser un derecho para todas las naciones que cumplen con sus responsabilidades bajo el TNP. Y hemos acordado el incremento de la cooperación en la seguridad nuclear, que es esencial para lograr la meta de asegurar todo el material nuclear vulnerable en cuatro años.

Mientras mantenemos nuestros compromisos, debemos llamar a las demás naciones a cumplir con los suyos. Ya sea Estados Unidos o Rusia, ninguno de nosotros se beneficiaria de una carrera nuclear en el Este de Asia o en el Medio Oriente. Por eso debemos unirnos para oponernos a los esfuerzos norcoreanos de convertirse en una potencia nuclear, y también a los esfuerzos de Irán para adquirir armas nucleares. Estoy contento de que el Presidente Medvedev y yo hayamos podido llegar a un acuerdo en una evaluación de amenazas conjuntas de los retos presentados por los misiles balísticos del siglo 21, incluyendo a Irán y a Corea del Norte.

Nuestro propósito no es marcar naciones individuales, sino sobre la responsabilidad que tienen todas las naciones. Si fallamos en presentar un frente común, entonces el TNP y el Consejo de Seguridad pierden toda credibilidad, y el derecho internacional cederá su lugar a la ley de la selva. Y eso no beneficia a nadie. Como dije en Praga, las reglas deben ser vinculantes, las violaciones castigadas, y las palabras deben tener significado.

La aplicación de estas reglas removerá las causas para desacuerdos. Se que Rusia se opone al plan de configurar un sistema de defensa antimisiles en Europa. Y mi administración esta revisando estos planes para mejorar la seguridad de América, Europa y el mundo. Y he aclarado que el fin de este sistema es la prevención de un posible ataque de Irán. Esto no tiene nada que ver con Rusia. De hecho, queremos trabajar junto a Rusia en la arquitectura de un sistema de defensa antimisiles que nos asegure a todos. Pero si la amenaza del programa balístico y nuclear de Irán es eliminada, la fuerza de misiles europea será eliminada y esto es de interés mutuo.

Aparte de asegurar las armas más peligrosas, una segunda área de interés nacional para los Estados Unidos es aislar y vencer a los extremistas violentos. Por años al Qaeda y sus afiliados han profanado una gran religión de paz y justicia, y han asesinado sin piedad a hombres, mujeres y niños de todas las nacionalidades y confesiones. De hecho y sobre todo, han matado a musulmanes. Estos extremistas han matado en Amman y Bali; Islamabad y Kabul; y tienen las manos cubiertas con la sangre de americanos y rusos. Están conspirando para matar mas compatriotas nuestros y se benefician de los refugios seguros que les permiten operar y entrenarse – especialmente en la frontera entre Pakistán y Afganistán.

Es por esto que los Estados Unidos tienen una meta clara: desbaratar, desmantelar y vencer a al Qaeda y sus aliados en Afganistán y Pakistán. No buscamos bases militares, ni queremos controlar estas naciones. En cambio queremos trabajar con socios internacionales incluyendo a Rusia, para ayudar a los afganos y a los pakistaníes a avanzar en su propia seguridad u prosperidad. Por eso estoy muy orgulloso de que Rusia haya accedido a que los Estados Unidos provea a las fuerzas de la coalición a través de su territorio. Ni Estados Unidos ni Rusia tiene interés de que Afganistán o Pakistán sean gobernadas por los Talibanes. Es tiempo de que trabajemos juntos a favor de un futuro diferente –un futuro en el que podamos dejar atrás el gran juego del pasado y el conflicto del presente; un futuro en el que todos nosotros contribuyamos a la seguridad de Asia Central Ahora, mas allá de Afganistán, América esta comprometida con la promoción de acciones que aíslen a los extremistas. Estamos ayudando a los iraquíes a construir un futuro mejor, para dejarles Irak a los iraquíes. Estamos buscando la meta de dos estados, Israel y Palestina, conviviendo en paz y seguridad. Estamos asociándonos con comunidades Musulmanas alrededor del mundo para avanzar en educación, salud y desarrollo económico. Creo que el pueblo ruso comparte nuestros efectos y nuestras metas y podrá beneficiarse de su éxito, por lo cual creo que los Estados Unidos y Rusia deben convertirse en socios.

La tercer área que voy a discutir es el interés de los Estados Unidos en la prosperidad global. Como tenemos tantos economistas y futuros hombres y mujeres de negocios en el salón, se esto es de gran interés para ustedes. Nos encontramos en medio de la peor recesión global de la generación. Creo que el libre mercado es la mayor fuerza para la creación y distribución de riqueza que el mundo ha conocido. Pero donde el mercado tiene total libertad sin frenos – a través de riesgos excesivos, falta de regulación y/o corrupción – todo está en peligro, sin importar si vivimos en el Mississippi o en el Volga.

En América, estamos tomando pasos sin precedente para impulsar nuestra economía y reformar nuestro sistema de regulación. Pero como ninguna nación tiene la capacidad de aislarse de las consecuencias de la crisis global, tampoco puede ninguna ser el único motor de crecimiento. Como verán en sus vidas, ha habido un cambio fundamental y mientras esta crisis ha mostrado los riesgos que provienen del cambio, este cambio esta sobrepasado por la oportunidad

Piensen en lo que es posible hoy que era impensable hace dos décadas, una joven mujer con conexión a Internet en Bangalore, India puede competir con cualquiera en cualquier lado del mundo. Un emprendedor con una compañía pequeña en Beijing puede hacer que su negocio sea global. Un profesor de la NES en Moscú puede colaborar con sus colegas en Harvard o Stanford. Eso es bueno para todos nosotros porque cuando se crea prosperidad en India, se convierte en un nuevo mercado para nuestros productos; cuando nuevas ideas surgen en China, se crea impulsos para que innoven nuestros negocios; cuando se crean nuevas conexiones entre las personas, todos nos enriquecemos.

Existe un extraordinario potencial para mayor cooperación entre los Estados Unidos y Rusia. Podemos buscar un intercambio libre, justo e integrado con el mundo. Podemos impulsar las inversiones que crean trabajo en ambos países, podemos forjar asociaciones en energía que se encarguen de las fuentes tradicionales, como el petróleo y el gas, pero también de nuevas energías que lleven al crecimiento y al combate del cambio climático. Todo esto lo podemos hacer juntos, rusos y americanos.

Ahora, el gobierno puede promover esta cooperación, pero solo los individuos pueden avanzar en ella, porque el mayor recurso de cualquier nación son ustedes, la gente joven. Y la nación que explote ese recurso será el país con mayor éxito. Ese éxito depende de que las economías funcionen de acuerdo con las normas del derecho. Como ha dicho el Presidente Medvedev, un sistema legal maduro y efectivo es condición para el desarrollo económico sostenido. Las personas de todo el mundo deberían tener el derecho de negociar o educarse sin pagar sobornos. Sin importar si están en Rusia, Estados Unidos, África o Latinoamérica, esto no es una idea rusa o americana – es la formula de éxito para los países en el siglo 21.

Y esto me lleva al cuarto punto a discutir – el interés de Estados Unidos por gobiernos democráticos que protejan los derechos de sus pueblos.

Los Estados Unidos no son perfectos pero estamos comprometidos con valores universales que nos permitan corregir nuestras imperfecciones, mejorar constantemente, y fortalecernos. La libertad de expresión y de reunión ha permitido que las mujeres, las minorías y los trabajadores se manifiesten a favor de derechos plenos e igualitarios en un tiempo en que eran necesarios. Los principios de derecho y administración equitativa de justicia han eliminado monopolios, cerrado maquinarias políticas corruptas, terminado abusos de poder. Los medios independientes han expuesto la corrupción en todos los niveles de negocios y gobierno. Las elecciones competitivas nos permiten cambiar el curso de las cosas y responsabilizar a nuestros líderes por sus acciones. Si nuestras democracias no avanzaran en estos derechos, yo, como persona de ascendencia Africana, jamás hubiera podido hablarles como ciudadano americano y mucho menos como Presidente. Ya que al momento de la fundación de mi país la gente que se ve como yo no tenía derechos o Rights. Pero es por este proceso que hoy puedo pararme frente a ustedes como Presidente de los Estados Unidos.

Es por esto que Estados Unidos apoya estos valores alrededor del mundo, porque son morales, pero también porque funcionan. Las arcas de la historia nos muestran que los gobiernos que sirven a sus pueblos sobreviven y prosperan; los gobiernos que solo sirven a su propio poder no lo hacen. Los gobiernos que representan la voluntad de sus pueblos tienen menos probabilidad de convertirse en estados fallidos, de aterrorizar a sus ciudadanos, o de guerrear con otros. Los gobiernos que promueven los principios del derecho, que sujetan sus acciones a su supervisión y permiten la existencia de instituciones independientes son más confiables como socios comerciales. Y en nuestra propia historia, las democracias han sido los aliados mas duraderos de los Estados Unidos, aun aquellos con los cuales nos hemos enfrentado en guerras en Europa y Asia – naciones que hoy viven con gran seguridad y prosperidad.

Permítanme ser claros, América no puede ni debe imponer ningún sistema de gobierno a ningún estado, ni podemos asumir que podemos elegir que partido o individuo debe dirigir un país, ni tampoco hemos hecho lo que deberíamos en ese punto. Aun mientras estamos reunidos hoy, Estados Unidos apoya la restauración del presidente electo democráticamente en Honduras, a pesar de que el mismo se ha opuesto a las políticas americanas. Lo hacemos no por que estemos de acuerdo con el. Lo hacemos porque respetamos el principio universal de que las personas deben elegir a sus propios líderes, sin importar si estamos de acuerdo con ellos o no.

Y esto me lleva al punto final de mi discurso, el cual consiste en el interés de los Estados Unidos en un sistema internacional que avance en la cooperación respetando la soberanía de las naciones. La soberanía de los estados de ser la piedra fundamental del orden internacional. Tal y como todos los estados deben tener el derecho de elegir sus líderes, los estados deben tener el derecho a fronteras seguras, y a una política exterior propia. Esto es cierto para Rusia, tal y como es cierto para los Estados Unidos. Cualquier sistema que ceda esos derechos llevará a la anarquía. Es por esto que debemos aplicar el principio a todas las naciones, y eso incluye a Georgia y Ucrania. America nunca impondrá un acuerdo de seguridad a otro país. Para que cualquier miembro se convierta en miembro de una organización como OTAN, por ejemplo, la mayor parte de su pueblo debe estar de acuerdo, tienen que someterse a reformas, tienen que ser capaces de contribuir a la misión de la alianza. Y permítanme ser claro, OTAN debe buscar la colaboración de Rusia no su confrontación. Debemos adoptar la cooperación y el respeto entre todas las naciones y pueblos. Como Presidente de los Estados Unidos, trabajaré incansablemente para proteger la seguridad de mi país y para avanzar en nuestros intereses. Pero ninguna nación puede enfrentar los retos del siglo 21 solo, ni dictar los términos del mundo. Eso es algo que mi país entiende hoy, al igual que Rusia. Es por eso que America busca un sistema internacional que permita que las naciones busquen sus intereses de forma pacífica, especialmente cuando estos divergen; un sistema en el que se respeten los derechos humanos, y las violaciones de los mismos sean opuestos; un sistema donde tengamos los mismos estándares que se aplican a otras naciones, con derechos y responsabilidades claros para todos.

Hubo una época en la que Roosevelt, Churchill, y Stalin podían configurar el mundo en una reunión. Esos días se han terminado. El mundo es más complejo. Millones de personas han encontrado sus voces, y buscan su prosperidad y autodeterminación en cada esquina del planeta. En las últimas dos décadas, hemos atestiguado el crecimiento de mercados, la distribución de la riqueza, el uso de la tecnología nuclear para construir y no para destruir. Hemos visto terminar con los odios, las ilusiones de diferencias entre personas se han levantado y desaparecido. Hemos visto el destino humano en las manos de más y más humanos que pueden marcar sus propios destinos. Ahora debemos ver que el período de transición en el que ustedes han vivido sus vidas guarda una nueva era en la que las naciones puedan vivir en paz y las personas cumplir con sus aspiraciones de seguridad, y una vida mejor para sus hijos dignamente. Este es el interés de América, y creo también que es el interés de Rusia. Se que este futuro puede resultar distante. El cambio es difícil. En palabras de un estudiante de la NES en 1993 el mundo no es tan racional como en el papel. Pero si pensamos en el cambio que se ha dado en las últimas épocas. Hace 100 años un zar reinaba en Rusia y Europa era la zona de los Imperios. Cuando yo nací, la segregación era la ley en algunas zonas de los Estados Unidos, y la tierra de mi padre Kenya era una colonia. Cuando ustedes nacieron una universidad como ésta era algo imposible, y la Internet era un recurso de algunos privilegiados.

Ustedes tienen la capacidad para decidir que sigue. Tienen la capacidad de decir el cambia que surgirá porque el futuro no le pertenece a aquellos que juntan ejércitos en un campo de batalla o entierran misiles en la tierra, el futuro le pertenece a la gente joven educada que posee imaginación para crear. Esa es la mayor fuente de poder en este siglo, y si piensan en lo que paso en las ultimas dos décadas, piensen también en lo que pueden hacer en los años a venir.

Cada Estado traza su propio destino. Rusia ha trazado su camino a través del tiempo como un poderoso río a través de un cañón, dejando una marca indeleble en la historia de la humanidad a su paso. Mientras empujan la historia, piensen en el futuro que se puede crear si nos rehusamos a ser cargados por los obstáculos y las viejas sospechas; piensen en el futuro que podemos crear si nos unimos en nombre de las aspiraciones que tenemos en común. Juntos podemos crear un mundo donde las personas sean protegidas, la prosperidad ampliada y nuestro poder sirva verdaderamente al progreso. Este futuro esta en sus manos. Muchas gracias."

Traducción: Fundación NPSGlobal

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