La Nación, 7 abr 2010. Hay quienes están convencidos de estar ante el inicio de una nueva etapa histórica. Lo cierto es que, 65 años después de los devastadores bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki, el gobierno de Estados Unidos anunció ayer la decisión de "limitar el uso de arsenales nucleares".
El giro del gobierno de Barack Obama responde, en esencia, no tanto a la prédica pacifista de quienes durante décadas clamaron contra los arsenales nucleares, sino más bien a una cuestión práctica: la evidencia de que, pese a su temible poderío, esas armas ya no resultan apropiadas para los principales riesgos de seguridad que la superpotencia enfrenta en este siglo.
En efecto, según Obama, "la mayor amenaza para Estados Unidos y la seguridad global ya no está en una disputa nuclear entre naciones, sino en el terrorismo nuclear por parte de extremistas violentos. Y en la proliferación de armas atómicas en cada vez más Estados".
La nueva doctrina comprende un compromiso no para eliminar las cabezas existentes, pero sí para no fabricar más. Y ratifica la abstención norteamericana en materia de pruebas y ensayos atómicos.
Pese al giro que implica, encierra una velada amenaza para Irán y para Corea del Norte, ya que la misma norma se reserva el derecho de uso de armas nucleares para ataques a países que no observan el Tratado de No Proliferación Nuclear, como sucede con esos dos países.
El documento oficial no menciona a ninguno de los dos Estados en forma expresa ni tampoco a las organizaciones terroristas que se sospecha podrían estar interesadas en adquirir armamento nuclear. Pero hay un mensaje implícito para todos ellos.
"Todas las opciones de defensa" quedan abiertas para quienes no se sometan a las normas internacionales, dijo el secretario de Defensa, Robert Gates. La idea es que hay un nuevo escenario nuclear para países que se sometan a normas de seguridad. Y que las cosas no varían para quienes prefieren mantenerse al margen. "Esto sí encierra un mensaje claro para Irán y para Corea del Norte", admitió Gates.
En los hechos, el paso implica que el gobierno renuncia por primera vez al uso de armas atómicas contra países sin arsenal nuclear, lo cual marca un abrupto giro frente a la política de George W. Bush de represalias nucleares ante un potencial ataque químico o biológico. En lo profundo, el plan busca avanzar en el diálogo de desarme con Rusia y con China, si bien al gobierno de Pekín le reprocha su falta de transparencia.
"Es un paso histórico", dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Como suele suceder con los anuncios del presidente y premio Nobel de la Paz, hubo quien los apoya y quien considera que no son suficientes. Pero, más allá de los extremos, el paso sí parece acercarse al anhelo presidencial de un mundo libre de armas atómicas.
"Es un paso muy significativo hacia adelante", dijo el presidente. El anuncio llega horas antes de que el mandatario se reúna mañana en Praga con su par ruso, Dimitri Medvedev, para firmar un acuerdo para la reducción de armas nucleares.
El nuevo plan llega también a pocos días de que comience en esta ciudad la Cumbre Global sobre Seguridad Nuclear, convocada por el propio Obama para debatir reglas de seguridad atómica a nivel mundial.
Aunque fue elogiada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la renovada estrategia de Obama de inmediato provocó indignación entre los republicanos, convencidos de que su enfoque podría "comprometer" la seguridad de Estados Unidos. En el otro extremo, los demócratas más radicales, que esperaban que el presidente profundizara el control de armas, también lo criticaron.
"Nos quieren dejar indefensos ante el enemigo", fue el texto de varios mensajes que hizo correr por Internet el Tea Party, el movimiento antisistema que se ha convertido en fuerte crítico a las políticas de Obama.
"El anuncio parece guardar esquemas de la Guerra Fría y no está a la altura de la visión presidencial de un mundo libre de armas nucleares", lamentó, en el otro extremo, Kevin Martin, del movimiento Peace Action.
UNA NUEVA VISION DEL ORDEN NUCLEAR ESTADOS UNIDOS Hacia un mundo sin armas nucleares En una revisión de su política atómica, la Casa Blanca promueve un uso más restringido de las armas nucleares y sólo emplearía ese tipo de arsenal "en condiciones extremas". Estados Unidos no fabricará nuevas cabezas nucleares y renunciará a hacer pruebas atómicas. Con estas medidas, se estaría más cerca el anhelo de Obama de un mundo libre de armas atómicas.
RUSIA Un nuevo nivel de confianza en la relación con EE.UU. Rusia espera recuperar su influencia perdida en el mundo y restaurar una situación de "igualdad" con Estados Unidos tras la firma del nuevo pacto de desarme nuclear. El canciller ruso, Sergei Lavrov, subrayó que la firma del acuerdo por parte de los presidentes Obama y Dimitri Medvedev refleja "el nuevo nivel de confianza entre Moscú y Washington".
CHINA, IRAN Y COREA DEL NORTE Tres focos de tensión con Washington Estados Unidos advirtió que la falta de transparencia de los programas nucleares de China genera dudas respecto de las futuras intenciones estratégicas del país. En cuanto los polémicos programas atómicos de Mahmoud Ahmadinejad en Irán (foto) y Kim Jong-il en Corea del Norte, el Pentágono declaró ayer que con la nueva doctrina nuclear, "todas las opciones" están sobre la mesa. Volver |