Arms Control Now, 3 feb 2012.

Las estimaciones de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre el programa nuclear iraní no han cambiado esencialmente de las reveladas en la polémica Estimación Nacional de Inteligencia de 2007. En su presentación anual "Evaluación de amenazas en el mundo", hecha el 31 de enero a la Comisión de Inteligencia del Senado, el Director de Inteligencia Nacional, James R. Clapper, usó un lenguaje idéntico al de los últimos años en varios puntos críticos

• Continuamos evaluando si Irán mantiene abierta la opción de desarrollar armas nucleares mediante el desarrollo de varias capacidades nucleares que mejoren su posición para producir tales armas. Sin embargo, no sabemos si eventualmente decidirá fabricar armas nucleares. 

• Irán tiene la capacidad científica, técnica e industrial para eventualmente producir armas nucleares, por lo que el tema central es su decisión política de hacerlo. Estos avances [técnicos] contribuyen a nuestro juicio de que es técnicamente capaz de producir suficiente uranio altamente enriquecido para un arma, si así lo decide.

• Creemos que la decisión política de desarrollo nuclear iraní es guiada por un enfoque de costo-beneficio, que ofrece a la comunidad internacional la oportunidad para influir en Teherán [para disuadirlo].

El testimonio de Clapper reconoció la acumulación adicional de Irán de uranio de bajo enriquecimiento, tanto en niveles del 3,5% como del 20%, y el inicio de actividades de enriquecimiento en su planta cercana a Qom.

Los altos funcionarios de inteligencia también consideraron al informe de noviembre de la IAEA como el mejor registro público hasta ahora de las actividades nucleares iraníes, incluyendo información "relevante de posibles dimensiones militares".

Sin embargo, la evaluación de la comunidad de inteligencia estadounidense de las actividades nucleares iraníes post-2003 no ha convencido aparentemente de que Teherán haya decidido construir un arma nuclear. Por otra parte, el testimonio de Clapper sugiere que Irán tiene la capacidad técnica para hacerlo, independientemente de la acciones exteriores que se tomen contra esto. La "cuestión central" sería entonces la voluntad política.

Los senadores de la audiencia pública del Congreso no presionaron por una opinión de la inteligencia sobre cómo las crecientes amenazas de acciones militares influenciarían la decisión política del régimen iraní.

Pero, dado que el orgullo y el nacionalismo iraní existen en todo el espectro político nacional, sería absurdo concluir que Teherán capitulará sólo por el creciente costo político de desafiar a la comunidad internacional. Si es posible negociar un acuerdo, también deberá incluir algo que Teherán perciba como beneficio.