Irma Argüello, 5 abr 2012.
Un artículo de opinión de Bernard Aronson, ex Secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos de los Estados Unidos entre 1989 y 1993, que fuera publicado hace 2 días en el New York Times, causó gran descontento en Brasil.
El artículo, que se titula Puede Brasil parar a Irán? propone la renuncia del país al enriquecimiento de uranio como modo influir a que también Irán abandone su programa de nuclear.
Incluimos opiniones recabadas en Brasil y el análisis de NPSGlobal.
El disgusto se ha expresado hasta ahora en las redes sociales y en ámbitos más o menos cerrados, pero los conceptos vertidos en el artículo prometen tener repercusiones más amplias, incluyendo respuestas al New York Times.
El autor plantea la visita de la presidente de Brasil Dilma Rousseff a Washington, que se realizará el próximo 9 de abril, como una oportunidad histórica para anunciar la voluntad de Brasil de renunciar al enriquecimiento de uranio y con ello hacer una "valiente acción" para ayudar a resolver la crisis de Irán.
Hace hincapié que Brasil como líder global emergente ha fallado hasta ahora en evitar que se diseminen las armas nucleares. Agrega que Brasil debería dar el paso de finalizar voluntariamente su programa de enriquecimiento de uranio y llamar a otras naciones como Irán a que hagan lo mismo y que sigan su ejemplo.
Aronson plantea que luego de un buen comienzo, el país sudamericano planteó en 2004, que todos los estados tenían el "derecho inalienable" de enriquecer uranio para fines pacíficos y peleó por más de 1 año con el OIEA para dar acceso a los inspectores.
Aclara también que: “No hay razones para dudar que su programa es para fines pacíficos, como Brasil dice y está permitido por el Tratado de No Proliferación.” Pero la gran falla es que las mismas instalaciones pueden ser usadas para enriquecer más de lo necesario y llegar al arma nuclear. Explotando ese “agujero respecto del enriquecimiento”, Corea del Norte desarrolló un programa encubierto para reprocesar combustible gastado, se retiró del TNP y poco después desarrolló armas nucleares y que Irán está tratando de hacer lo mismo.
Plantea que existen alrededor 40 países en el mundo están en capacidad de construir armas nucleares explotando dicha vulnerbilidad del Tratado y que si Irán desarrolla esta capacidad, como Obama ha alertado, podría ejercer una inexorable presión para que Arabia Saudita, Egipto y Turquía desarrollen dichas armas.
El autor reflexiona que “si Brasil renuncia a su derecho de enriquecer uranio en nombre de la paz internacional, cierra su instalación de enriquecimiento [NdR:la planta de Resende, 120.000 SWU/año] y toma la propuesta de aceptar uranio enriquecido del OIEA, deja que la Agencia reprocese su combustible gastado –esencialmente el acuerdo ofrecido a Irán- y llama a otro estados que han firmado el TNP a hacer lo mismo, esto transformaría el debate nuclear.”
Según Aronson, esta nueva situación de Brasil le sacaría a Irán el principal argumento de que los estados con armas nucleares están llevando adelante una suerte de “apartheid nuclear,” levantando un puente antes de que las naciones en desarrollo estén en condiciones de cruzarlo.
"Esto daría también a Irán una forma de salvar la cara uniéndose a las naciones en desarrollo en un nuevo esfuerzo multilateral para suspender el enriquecimiento en vez de aparecer como cediendo a sanciones y amenazas de naciones Occidentales,"agrega el autor.
Aronson va más allá y plantea que "si Brasil y otras naciones en desarrollo abandonaran el enriquecimiento, sería posible un nuevo esfuerzo concertado para cerrar el agujero respecto del enriquecimiento en forma permanente a través de una enmienda del TNP."
El autor reconoce que hay obstáculos comerciales y militares y que es vital que la acción sea espontánea y no percibida como una presión de Washington, pero que los Estados Unidos pueden ofrecer incentivos a puertas cerradas, como por ejemplo reducción de los aranceles al etanol de caña de azúcar.
Finalmente señala que renunciar al enriquecimiento catapultaría a Brasil a una posición de liderazgo global e inevitablemente esto tendría influencia en las discusiones acerca del asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, una de sus más caras ambiciones.
Reacciones en Brasil Existe un alto grado de acuerdo respecto de que el artículo de Aronson erra en los hechos, el diagnóstico y en las recomendaciones. Algunas voces han incluso señalado que constituye un insulto a la inteligencia de los brasileros.
Matías Spektor de la Fundação Getulio Vargas (FGV) señala que "Brasil no puede parar el programa de Irán porque no tiene los recursos ni materiales ni diplomáticos para hacerlo. Y porque tampoco quiere hacerlo ya que Brasil, que durante años fue tratado como un paria internacional, defiende el derecho de Irán a enriquecer uranio."
Agrega que Brasil tuvo oportunidad de proliferar y no lo hizo, y que es el único país entre los BRICS que no construyó artefactos nucleares (que hasta Sudáfrica lo hizo y después los desmanteló).
Existe coincidencia entre los expertos en que, contrariamente a lo que se sugiere, un acto de renunciamiento estaría lejos de catapultar a Brasil al liderazgo global y que tampoco tendría un efecto positivo en el mejoramiento de la crisis de Irán.
En este sentido el analista señala que: “India recibió apoyo de los Estados Unidos para el Consejo de Seguridad de la ONU y es una potencia nuclear que nunca firmó el TNP, hizo explosiones nucleares cuando quiso y a pesar de eso fue premiada por Estados Unidos con un ventajoso acuerdo nuclear bilateral. Japón, que también recibió el apoyo para el asiento permanente en el Consejo de Seguridad, no tiene armas nucleares pero así como Alemania tiene el know-how para hacerlas, si lo decide. Brasil, en cambio, no tiene armas nucleares, ni puede fabricarlas rápidamente o sea si deja su programa nuclear no queda claro dónde sería catapultado,” plantea en tono casi humorístico. Trae también a colación el efecto negativo en Estados Unidos y Europa de los esfuerzos de Brasil por laudar en la crisis de Irán a través de las negociaciones del entonces presidente Lula que dieron lugar a la Declaración de Teherán de mayo de 2010.
Otro punto claro de la posición de Brasil es que percibe que la comunidad internacional con sus reglas de juego actuales promueve verdaderamente un “apartheid nuclear.” Según Aronson la renuncia de Brasil crearía la impresión de que no lo hay, lo cual resulta en una notoria contradicción ya que Brasil estaría promoviendo exactamente lo contrario de lo que cree.
Respecto de los incentivos que podría ofrecer a Brasil el presidente Obama a puertas cerradas "parece un argumento risible," señala Spektor, ya que ninguno de los incentivos propuestos depende directamente del primer mandatario estadounidense.
Nuestro análisis Lo primero que debo decir es que aplaudo a los editores del New York Times por su apertura para publicar artículos de opinión de muy distintos signos, pero a la vez es alarmente cuando un periódico de tal prestigio consigna inexactitudes evidentes, tan fácilmente rebatibles. Creo que esto erosiona fuertmente la credibilidad del medio.
Decir, por ejemplo, que existen 40 países en el mundo con capacidad de fabricar una bomba atómica, sólo porque el TNP no prohibe el enriquecimiento de uranio, es algo que no puede pasarse por alto, como tampoco que Brasil le debería entregar su combustible gastado al OIEA para que se lo "reprocese," y que de eso se trataba el acuerdo con Irán. La realidad es que ni hay 40 países en condiciones de fabricar un artefacto nuclear, ni el OIEA reprocesa combustible gastado, ni que de eso se trataba la oferta a Irán. Entonces, cómo se hace para que la opinión pública procese tales informaciones sin confundirse?
Lo segundo que debo decir es que trato de escribir mi comentario desde una perspectiva desapasionada, como observadora externa, sin involucrarme a priori en ningún tipo de indignación.
El problema con el artículo es que además de las inexactitudes "técnicas" existen distorsiones argumentales que no deseo calificar de burdas por respeto a la libertad de pensamiento, pero que están bastante cerca. No es que el autor no tenga derecho o no deba opinar lo que opina, sino que los argumentos que utiliza encierran falacias tan notorias como inexplicables, y eso es grave.
El derecho a enriquecer y reprocesar Lo primero que uno debe plantearse es por qué Brasil debería renunciar a enriquecer, si está en un pleno cumplimiento con sus obligaciones internacionales por el TNP que permiten tales prácticas?
Aquí y aunque me resisto a relacionar una cosa con la otra, debo preguntarle al autor porqué no le pide a los que ejercen posiciones dominantes en la industria que suspendan sus actividades, que desactiven sus mega-instalaciones y que renuncien a enriquecer y a reprocesar, cuando el hecho es que hay stocks de una dimensión irracional de uranio altamente enriquecido (HEU), 1440 toneladas y de plutonio, 495 toneladas? Según el último reporte del IPFM, 2011, más del 95% de ese material pertenece a los países nuclearmente armados, dentro y fuera del TNP. Lo sugestivo es que las industrias del ciclo de combustible en tales países siguen funcionando sin parar! No deberían esos países liderar con el ejemplo y suspender toda actividad de enriquecimiento y reprocesamiento?
La renuncia de Brasil no tiene por qué implicar la renuncia de Irán Plantear que por el renunciamiento de Brasil, Irán va a seguir su ejemplo y a hacer lo mismo, es desconocer la idiosincracia y las motivaciones de Irán, y su percepción de su lugar en el mundo. En este sentido, dudo que Irán esté buscando una salida multilateral para salvar al cara, como dice el artículo. Del mismo modo pedirle a Brasil que renuncie es desconocer la idiosincrasia y motivaciones de Brasil en cuanto a su ambición futura. La realidad es que el mundo no mira a Brasil ni a Irán, el mundo mira a Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido, y a los guiños que éstos dan a los demás países. Ha sido siempre así, y de hecho, por eso se juzga como tan dañino al acuerdo nuclear Estados Unidos – India.
Es notable que detrás de un gran proliferador o de un gran transgresor, o ambos, India, Pakistán, Israel, Irán, Corea del Norte hubo siempre el juego cruzado de intereses, de apoyos, de ambigüedades, de acuerdos y desacuerdos entre los P5. Eso mismo es lo que ha siempre restado energía de las sanciones por transgresiones al TNP, hasta llevarlas a veces a la casi irrelevancia. Si los P5 hubieran estado siempre de acuerdo, no hubiera habido más proliferación que la de ellos mismos... pero está claro que el mundo es más complejo que eso.
Una enmienda al TNP? Aronson plantea que si los países emergentes dejaran de enriquecer (y reprocesar) se podría acordar una enmienda al TNP, la cuál sería más restrictiva y por ende, sería una enmienda para perpetuar la inequidad, y para que se profundicen las diferencias entre países “poderosos” y “los demás.” También continuaría libremente ese tercer grupo de países que hacen lo que se les place porque no están sujetos al Tratado, hablo de India, Pakistán, Israel, que nunca lo firmaron y más recientemente, de Corea del Norte que renunció en 2003. La idea tal enmienda restrictiva podría provocar aún más renuncias al TNP. Esto marcaría en mi opinión, la defunción del imperfecto régimen de desarme y no-proliferación actual hacia un escenario parecido a una jungla nuclear.
Mejor una Convención de Armas Nucleares Para evitar tal catástrofe, lo que puede funcionar es la transición hacia un sistema más equitativo con iguales derechos y obligaciones para los países. Este sería un sistema para un mundo que viene, que ha dejado de ser bipolar o unipolar. Esta solución implicaría la prohibición de las armas nucleares en el mundo a través de un nuevo tratado o convención, para todos los países, sin privilegios. Y también, fuertes responsabilidades de desarme para aquellos que tienen hoy día los arsenales.
Simbología de las armas nucleares Claro está que la solución de la Convención, que va en sentido opuesto de la propuesta de Aronson, representa un radical cambio de mentalidad en todos los actores que deberían dejar de ver a las armas nucleares como fuente de prestigio y poder internacional. Cuando digo "todos los actores," también incluyo a Brasil, y a su alta consideración respecto de las armas nucleares de los otros países. Esta consideración existe en forma subyacente y se hace explícita cuando se menciona, por ejemplo, que en el BRICS son los únicos que no han desarrollado armas nucleares. No es eso, acaso, dar una extrema relevancia a las armas nucleares?
Reforzando esta idea, para mi Brasil, y Argentina también, más que decir: "Han habido tentaciones y siempre nos hemos resistido a ir a las armas nucleares y tampoco lo haremos ahora," planteándolo como una suerte de sacrificio ritual por la paz, deberían decir: "Decidimos no tener armas nucleares porque no lo consideramos relevante a la seguridad de nuestros países en el siglo 21. Las armas nucleares no convienen, por eso invitamos a otros a que cambien de mentalidad y se desarmen, y estamos en condiciones de ayudar efectivamente a dicho desarme."
Enriquecimiento, liderazgo y el Consejo de Seguridad de la ONU Dicho todo esto, el liderazgo de una nación en el contexto global poco tiene que ver con renunciar al enriquecimiento de uranio, sobre todo cuando hemos intentado mostrar que la consecuencia de tal renuncia no llevaría un efecto dominó de impacto mundial positivo como se pretende sugerir. También es difícil que tal renuncia traiga aparejada una mejora en las posibilidades a obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Son otros los factores que, al parecer, rigen ese tipo de apoyos, es más bien el peso regional del país y el respeto que se sabe ganar en su entorno, y también, la solidez de las alianzas, desde la óptica del que tiene que dar el apoyo.
Comentario final Por todo lo dicho, creo que este tipo de artículos en virtud de la ligereza de los argumentos, no ayudan en ningún sentido a lograr un mundo más seguro e igualitario. Restan más que suman, destruyen más que construyen. En este sentido apoyo el malestar de los colegas brasileros. Levantan animosidades y desconfianzas no tanto hacia a personas sino hacia las nacionalidades.
Pero aquí habría que preguntarse: A cuántos y a quiénes representa este artículo? Representa a la actual administración de Estados Unidos, su actual diplomacia, el discurso de Obama en Praga, del que dicho sea de paso hoy se cumplen 3 años, o es el resabio de una mentalidad "americanocéntrica" de escaso resultado en el pasado, principalmente por su ceguera de las realidades a su alrededor?
Yo, dicho con todo el respeto intelectual por el autor y por el periódico, definitivamente me inclino por lo segundo. Espero sinceramente que mis amigos brasileros también lo reflexionen de este modo.
Volver |