Declaración sobre Siria - John Kerry |
John Kerry, The White House, 30 ago 2013. El Presidente Obama ha pasado a esta altura muchos días, consultando con el Congreso y hablando con los líderes de todo el mundo acerca de la situación en Siria. Y ayer por la noche, pidió a todos los miembros de su equipo de seguridad nacional que consultaran con los líderes del Congreso también, incluyendo la cúpula de los comités de seguridad nacional del Congreso. Y nos pidió consultar sobre lo que sabemos referido el terrible ataque con armas químicas en los suburbios de Damasco la semana pasada. Les diré que como alguien que ha pasado casi tres décadas en el Congreso de los Estados Unidos, sé que esa consulta es el camino correcto que tiene un presidente para tomar la decisión de cuándo y cómo, y si corresponde el uso de fuerza militar. Y es importante hacer las preguntas difíciles y obtener las respuestas difíciles antes de actuar, no sólo después. Y creo, como el Presidente Obama, que también es importante discutir esto directamente con el pueblo estadounidense. Esa es nuestra responsabilidad, hablar con los ciudadanos que han confiado en todos nosotros la responsabilidad de su seguridad, en la administración y el Congreso. Esa es la razón del porqué es tan importante el comunicado de prensa de nuestro gobierno de esta mañana, con la estimación de lo que ocurrió en Siria. Sus resultados son tan claros como convincentes. No les estoy pidiendo que me crean. Lean por su cuenta, todos, los que escuchan. Todos ustedes lean la evidencia proveniente de miles de fuentes, la prueba que ya está disponible para el público, y lean la conclusión a la que llegan nuestros servicios de inteligencia sobre el ataque con armas químicas que el régimen de Assad infringió a los barrios controlados o impugnados por la oposición en la periferia de Damasco, las primeras horas de la mañana del 21 agosto. Nuestros servicios de inteligencia han verificado cuidadosamente más de una vez la información sobre este ataque, y les voy a decir lo que lo han hecho más que conscientes por la experiencia que se ha tenido con Irak. No vamos a repetir ese episodio. En tal sentido, hemos tomado medidas sin precedentes para que los hechos fueran desclasificados y puestos a disposición, a fin de que la gente los juzgue por sí misma. ¨Pero más aún, con el fin de proteger las fuentes y los métodos, cierta información sólo se pondrá a disposición de los miembros del Congreso, los representantes del pueblo estadounidense. Esto significa que algunas cosas que realmente sabemos, no podemos hablarlas en forma pública. Por lo tanto, ¿sobre qué realmente sabemos que podemos hablar? Ahora bien, sabemos que el régimen de Assad tiene el mayor programa de armas químicas en todo el Oriente Medio. Sabemos que el régimen ha utilizado esas armas varias veces este año y las ha usado en una escala más pequeña, pero aún así las ha utilizado contra su propio pueblo, incluyendo no muy lejos de donde el pasado miércoles ocurrió el ataque. Sabemos que el régimen estaba decidido específicamente a deshacerse de la oposición que estaba en los suburbios de Damasco, y se sentía frustrado porque no lo había logrado. Sabemos que tres días antes del ataque, el personal encargado de las armas químicas del régimen sirio ya estaba en el área con los preparativos. Y sabemos que se había instruido a los elementos del régimen sirio a prepararse para el ataque con máscaras de gas, y tomando precauciones relacionadas con las armas químicas. Sabemos que fueron instrucciones específicas. Sabemos dónde los cohetes se lanzaron y en qué momento. Sabemos a dónde llegaron y cuándo. Sabemos que los cohetes provinieron sólo de áreas controladas por el régimen y que fueron dirigidos sólo a zonas controladas o impugnadas por la oposición. Y sabemos, como el mundo también lo sabe, que sólo 90 minutos más tarde todo estalló en los medios de comunicación social. Hemos visto con nuestros propios ojos los miles de informes de 11 sitios diferentes en los suburbios de Damasco. Todos ellos muestran las víctimas con dificultades para respirar, la gente sacudiéndose con espasmos, tos, rápidas palpitaciones, espuma en la boca, sumidas en la inconsciencia y en la muerte. Y nosotros sabemos que fueron ciudadanos sirios comunes los que informaron de todos estos horrores. Y lo que es igualmente importante, sabemos lo que los doctores y las enfermeras que los trataron no reportaron haber visto - ni un rasguño, ni una herida de ametralladora, ni un corte, ni una herida de bala. Vimos los muertos amortajados, alineados en filas, el lino blanco sin una sola gota de sangre. En vez de estar seguros en las camas de sus hogares, vimos filas de niños ubicados uno al lado de otro tumbados en el suelo de un hospital, todos ellos muertos por el gas de Assad y rodeados de padres y abuelos, que habían sufrido la misma suerte. Ahora el Gobierno de los Estados Unidos sabe que al menos 1.429 sirios fueron asesinados en el ataque, entre ellos al menos 426 niños. Incluso los primeros en responder, los médicos, las enfermeras y los médicos que los trataron de salvar, se convirtieron en víctimas. Vimos que les faltaba el aire, aterrados al sentir sus propias vidas en peligro. Este es el indiscriminado, inconcebible horror de las armas químicas. Esto es lo que Assad hizo a su propio pueblo. También sabemos muchos detalles inquietantes sobre las consecuencias. Sabemos que un alto oficial del régimen, que sabía sobre el ataque, confirmó que el régimen utilizó armas químicas., Este oficial examinó el impacto y, en realidad tenía miedo de que pudieran ser descubiertos. Esto lo sabemos. Y sabemos lo que hicieron posteriormente. Llamé personalmente al Ministro de Relaciones Exteriores de la República Árabe Siria y le dije, "Si, como usted dice, su nación no tiene nada que ocultar, entonces, permita el acceso a las Naciones Unidas en forma inmediata y dé a los inspectores acceso irrestricto para que tengan la oportunidad de contar su historia." En vez de eso, durante cuatro días bombardearon el vecindario a fin de destruir las pruebas, bombardeando cuadra tras cuadra a un ritmo cuatro veces superior al que tenían en los últimos 10 días. Y cuando los inspectores de la ONU finalmente lograron entrar, ese acceso, como ahora sabemos, estuvo restringido y controlado. De todas estas cosas que he enumerado, en todas estas cosas que sabemos, todos ellas, los servicios de inteligencia tienen certeza plena. Esto es de sentido común. Esto constituye una prueba. Estos son hechos. Por lo tanto, el principal interrogante ya no es: ¿Qué sabemos? La pregunta es: ¿Qué es lo que nosotros -nosotros colectivamente, ¿qué es lo que nosotros vamos a hacer a nivel mundial al respecto? Así como tormentas anteriores en la historia se han unido, cuando crímenes incalificables estaban al alcance de nuestro poder para detenerlos, se nos ha advertido sobre las tentaciones de mirar para otro lado. La historia está llena de líderes que han advertido a los demás contra la pasividad, la indiferencia, y en particular contra el silencio cuando más importaba. Nuestras opciones, entonces, en la historia tuvieron grandes consecuencias y nuestra opción de hoy tiene grandes consecuencias. Es importante que hace casi cien años, en respuesta directa al horror absoluto y la inhumanidad de la 1ra Guerra Mundial, el mundo civilizado acordó que las armas químicas no deberían usarse más. Esa fue la determinación del mundo entonces, y eso dio comienzo a casi un siglo de esfuerzos a fin de crear una línea roja para la comunidad internacional. No importa que hoy estemos trabajando en la comunidad internacional para librar al mundo de las peores armas. Es por eso que hemos firmado acuerdos como el Tratado START, el nuevo Tratado START, la Convención sobre las Armas Químicas, que más de 180 países, entre ellos Irán, Irak y el Líbano, han firmado. Es importante para nuestra seguridad y la de nuestros aliados. Es importante para Israel. Es importante para nuestros amigos Jordania, Turquía y Líbano - todos de los cuales viven a apenas un fuerte soplido de Damasco. Es importante para todos aquellos donde están las armas químicas de Siria. Y si no se controlan, pueden causar a esos amigos aún más muertes y destrucción. Y es muy importante para la credibilidad y los intereses futuros de los Estados Unidos de América y sus aliados. Importa porque un montón de otros países, cuyas políticas desafían estas normas internacionales, están observando. Nos están observando. Quieren ver si los Estados Unidos y nuestros amigos queremos decir lo que decimos. Está directamente relacionado con nuestra credibilidad y si los países todavía creen en los Estados Unidos cuando se dice algo. Están observando para ver si Siria puede salirse con la suya, porque entonces ellos también pueden poner en mayor peligro al mundo. Y que no quepa duda, en un mundo cada vez más complejo de una violencia sectaria y extremista, lo que elegimos o no hacer importa verdaderamente por nuestra propia seguridad. Algunos mencionan el riesgo de hacer las cosas, pero hay que preguntarse, ¿cuál es el riesgo de no hacer nada? Importa porque si optamos por vivir en un mundo donde un matón y un asesino como Bashar al-Assad puede tirar gas a miles de personas de su propio pueblo con impunidad, incluso después de que los Estados Unidos y nuestros aliados dijeron que no, y entonces el mundo no hace nada al respecto, no existirá fin para la prueba de nuestra determinación y los peligros que provendrán de aquellos otros que creen que pueden hacer lo que les place. También se trata de un asunto más allá de los límites de las fronteras de Siria. Se trata de si Irán, que ha sido víctima de ataques con armas químicas, ahora se envalentonará ante la falta de acción, para obtener armas nucleares. Se trata de Hezbolá, y Corea del Norte, y de cualquier otro grupo terrorista o de un dictador que nunca más podría considerar el uso de las armas de destrucción masiva. Recordarán que se frenó al régimen de Assad para el uso actual o futuro de esas armas, o recordarán que el mundo se hizo a un lado y hubo impunidad? Por lo tanto, no constituyen algunas tierras lejanas solamente nuestra preocupación. No es de lo que esto se trata. Nuestra preocupación por la causa de la gente indefensa de Siria radica en las opciones que afectan directamente nuestro papel en el mundo y nuestros intereses en el mundo. También es profundamente acerca de quiénes somos. Somos los Estados Unidos de América. Somos el país que ha intentado, no siempre con éxito, pero que siempre trató de cumplir un conjunto de valores universales en torno a los cuales hemos organizado nuestra vida y nuestras aspiraciones. Este crimen contra la conciencia, este crimen de lesa humanidad, este crimen contra los principios más fundamentales de la comunidad internacional, contra las normas de la comunidad internacional, esto es lo importante para nosotros. Y es de importancia para quiénes somos. E importa para el liderazgo y para nuestra credibilidad en el mundo. Mis amigos, importa aquí si no se hace nada. Importa si el mundo manifiesta su repudio y nada ocurre. Estados Unidos debería sentirse seguro y satisfecho de que no estamos solos en este rechazo, y que no estamos solos en nuestra voluntad de hacer algo al respecto y actuar. El mundo está expresándose, y muchos amigos están dispuestos a responder. La Liga Árabe se comprometió, cito, "para mantener el régimen sirio plenamente responsable de este crimen." La Organización de Cooperación Islámica condenó al régimen y dijo que necesitábamos, cito textualmente, "hacer al Gobierno de la República Árabe Siria legal y moralmente responsable de este crimen abominable." Turquía dijo que no hay duda de que el régimen es responsable. Nuestro más antiguo aliado, el francés, dijo que el régimen, y cito, "cometió esta vil acción, y constituye una atrocidad el uso de armas que la comunidad ha prohibido en los últimos 90 años en todos los convenios internacionales." dijo el Primer Ministro australiano que no quería que la historia recordara que nosotros tuvimos, cito textualmente, "parte en hacer la vista gorda". Así que, ahora que sabemos lo que sabemos, la pregunta que todos debemos hacernos es: ¿qué haremos? Permítanme recalcar - Presidente Obama, en los Estados Unidos, creemos en las Naciones Unidas. Y tenemos un gran respeto para los valientes inspectores que sufrieron los disparos del régimen y las trabas a la investigación. Sin embargo, Ban Ki-moon , el Secretario General, ha dicho una y otra vez, la investigación de las Naciones Unidas no afirmará quiénes usaron estas armas químicas. Ese no es el mandato de la investigación de las Naciones Unidas. Sólo afirmará si se usó ese tipo de armas. En la definición de su propio mandato, las Naciones Unidas no pueden decirnos algo que no hayamos compartido con ustedes esta tarde o que no sepamos ya. Y debido a la acción garantizada por los rusos de obstaculizar toda acción que se lleve a cabo a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la ONU no puede impulsar al mundo a actuar como debiera. Así que permítanme ser claro. Seguiremos hablando con el Congreso, hablando con nuestros aliados, y lo que es más importante, hablando con el pueblo estadounidense. El Presidente Obama se asegurará de que los Estados Unidos de América tomamos nuestras propias decisiones según nuestros plazos, basados en nuestros valores y nuestros intereses. Ahora bien, sabemos que después de una década de conflicto, el pueblo estadounidense está cansado de la guerra. Créanme, yo también lo estoy. Pero la fatiga no nos exime de nuestra responsabilidad. Anhelar la paz no necesariamente significa lograrla. Y la historia nos juzgará muy duro a si hacemos la vista gorda ante el uso sin sentido de las armas de destrucción masiva que hace un dictador contra todas las advertencias, contra todo lo que entendemos por decencia. Nosotros estas cosas realmente las sabemos. También sabemos que tenemos un presidente que hace lo que dice que va a hacer. Y él ha dicho muy claramente que cualquiera que sea la decisión que tome sobre Siria, no se parecerá a Afganistán, Iraq o incluso Libia. No implicará el ejército en el terreno. No será abierta. Y no asumirá la responsabilidad de una guerra civil que ya está en marcha. El Presidente ha sido claro: cualquier acción que él podría decidir tomar será una respuesta limitada y adecuada para asegurar que es responsable el uso déspota, brutal y flagrante de armas químicas. Y, en última instancia, en última instancia estamos comprometidos, estamos comprometidos, creemos que es el objetivo principal, el tener un proceso diplomático que pueda resolver esto a través de la negociación, porque sabemos que no hay solución militar definitiva. Tiene que ser política. Es algo que tiene que hacerse en la mesa de negociación, y estamos profundamente comprometidos a llegar allí. Así que eso es lo que sabemos. Eso es lo que los líderes del Congreso ya saben. Y eso es lo que el pueblo estadounidense necesita saber. Y eso se encuentra en el centro de las decisiones que se deben tomar para la seguridad de nuestro país y para la promesa de un planeta donde las armas más atroces del mundo nunca más se deban utilizar contra las personas más vulnerables del mundo. Muchas gracias. |