NPSGlobal , 15 nov 2013 Desde el 2011 que inició el conflicto interno en Siria, han muerto más de 120.000 personas. El número de refugiados y desplazados es exponencialmente mayor y mantiene una tendencia progresiva. El año pasado se realizó la primera Conferencia de Paz de Ginebra para mediar el conflicto entre el gobierno de Bashar Al-Assad y los rebeldes opositores. Naciones Unidas, Rusia y Estados Unidos plantearon una segunda Conferencia de Paz que esperan que se lleve a cabo antes de que concluya este año. En esta ocasión, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de la participación de los rebeldes como parte en la conferencia. La comunidad internacional recibió favorablemente la decisión de la Coalición Nacional de oposición Siria de participar en la Conferencia de Paz de Ginebra. Estados Unidos lo consideró un paso importante para alcanzar un consenso mutuo. Sin embargo, el panorama presente en la nación árabe no es favorable para emprender la reunión entre el gobierno sirio y los rebeldes. Los acontecimientos recientes han creado un ambiente que se inclina a favor de Al-Assad. Tras el incidente con armas químicas del 21 de agosto de este año y el acuerdo con Siria para entregar todo el arsenal químico a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, el gobierno ha mejorado su imagen ante la comunidad internacional. Además, el proceso para deshacerse del arsenal requiere tiempo y se está coordinando con el gobierno actual. Una de las demandas de los rebeldes es que cualquier trato excluya al actual presidente sirio Bashar Al-Assad del futuro político del país. A esto, únicamente han recibido negativas del presidente que incluso ha externado sus intenciones de participar en la contienda electoral del 2014 en Siria. Por otra parte, los rebeldes se encuentran en una racha de derrotas en las que han perdido cinco pueblos al sur de Damasco en los últimos diez días. Aunque mantienen la ciudad de Alepo, las victorias del ejército en la última semana obligaron a la Brigada Tawhid y a al-Nusra a llevar a todos sus activos al frente. Esta situación los deja en desventaja y en una mesa de negociaciones se encuentran con una posición débil ante un gobierno que se empieza a fortalecer militarmente ocupando zonas que anteriormente pertenecían a la oposición. Dentro de los grupos rebeldes, hay divisiones claras entre grupos extremistas y grupos más moderados. Los primeros no quieren aceptar que se entre en negociaciones con Al-Assad e incluso han llegado a decir que quienes lo hagan serán considerados traidores. La posible asistencia del distanciado tío de Al-Assad, Rifa’at al-Assad y del Vice Primer Ministro que fue despedido, Qadri Jamil del lado de la oposición podría llevar a otras divisiones dentro de las filas de los rebeldes. Otra de las demandas de los rebeldes es que Irán no participe de ninguna manera en el conflicto, pidiendo que retire su apoyo al gobierno sirio. Irán es un fuerte aliado de Siria y tiene el respaldo de Rusia, pero un tema que se vuelve importante es la nueva aproximación diplomática de Estados Unidos con la nación iraní. De cierta manera, esto lleva a una inclusión de Irán en la conferencia promovida por Rusia y Estados Unidos a pesar de las diferencias entre las naciones árabes. Fouad Ajami, un analista de Medio Oriente del Instituto Hoover cree que la ventana de oportunidad para derrocar al gobierno se cerró ya que las ventajas de armas, dinero y las instituciones del Estado ahora están a favor de Al-Assad. |