Fundación NPSGlobal, 11 dic 2013.

El Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, pidió al Congreso que evite amenazar a Irán con nuevas sanciones económicas durante los próximos seis meses para que las negociaciones nucleares con el país del Medio Oriente tengan una oportunidad de éxito.

“No quiero darles a los iranís una excusa pública para incumplir el acuerdo,” señalo Kerry al Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes en un informe sobre las negociaciones para prohibir a Irán que logré desarrollar una bomba nuclear.

Los Estados Unidos tienen la obligación de darle a los negociadores “una posibilidad de tener éxito” y podría amenazar la unidad del grupo de naciones líderes que están negociando con Irán si Washington adopta medidas unilaterales, fuera del proceso de las negociaciones, dijo Kerry.

A fines de noviembre Irán aceptó negociar el futuro de su programa nuclear con el grupo P5+1 – incluyendo a Alemania y los cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (China, Francia, Gran Bretaña, Rusia y los Estados Unidos). Las negociaciones tendrán una duración de seis meses.

Informes noticiosos desde Washington la semana pasada señalaron que miembros del Senado estuvieron preparando legislación para endurecer las sanciones económicas con Irán si las negociaciones no logren su objetivo de prohibir que Irán obtenga un arma nuclear.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammed Javad Zarif, dijo en una entrevista con la Revista Time que el acuerdo estaría “muerto” si el Congreso de Estados Unidos llegara a amenazar con imponer nuevas sanciones para castigar a Irán por un eventual fracaso de las negociaciones.

“No nos gusta negociar bajo coacción,” dijo Zarif en la entrevista publicada el lunes. “Conozco las complicaciones domesticas de varios temas dentro de Estados Unidos, pero para mí eso no representa una justificación.”

El grupo P5+1 aceptó implementar una leve reducción en las sanciones contra Irán por el periodo de las negociaciones. Las sanciones fueron impuestas a Irán por no cumplir con una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2006 que exigían a Irán detener el avance de sus programas tendientes al enriquecimiento de uranio.

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