El País, 12 jul 2008. Irán continúa sin darse por enterado de que las grandes potencias le han dado de plazo hasta septiembre para que se siente a negociar su programa nuclear o afronte más sanciones.
El ministro iraní de Exteriores, Manuchehr Mottaki, negó ayer haber recibido ningún mensaje de las grandes potencias y dijo que su país prepara "un nuevo paquete de propuestas políticas, de seguridad e internacionales" para futuras conversaciones.
"No hemos recibido ningún mensaje del G-8, pero por las noticias que nos llegan tienen diferentes puntos de vista sobre distintos asuntos, lo que parece indicar que no hay unanimidad", declaró Mottaki, citado por la agencia Irna.
El jefe de la diplomacia iraní parecía referirse a las reticencias de China y Rusia para respaldar una nueva ronda de sanciones internacionales si Teherán sigue desafiando las resoluciones del Consejo de Seguridad, que le exigen que deje de enriquecer uranio. Ese proceso sirve tanto para producir combustible nuclear (según Irán, su único objetivo) como para fabricar armas atómicas (el temor de Occidente y de la mayoría de sus vecinos).
"El problema ahora es decidir si rebajamos nuestras exigencias en materia de derechos humanos para lograr que Rusia y China apoyen las sanciones o si las mantenemos y les perdemos, con lo que el castigo se debilitaría", confía un embajador europeo que sigue de cerca las negociaciones.
Al concluir la cumbre del G-8, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que Irán debe de entender que la comunidad internacional está "muy preocupada" por su programa nuclear y que no va a esperar "indefinidamente" mientras fabrica una bomba atómica. No obstante, subrayó su voluntad de resolver esa disputa por la vía diplomática y explicó que los responsables iraníes tienen tiempo para responder hasta la reunión del G-20, en septiembre. Obama no especificó la alternativa, pero su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, dejó claro que si no hay respuesta iraní tendrán que tomar "decisiones contundentes".
El G-8 reconoció el derecho de Irán a tener energía nuclear, sin embargo, Irán insiste en que su pertenencia al Tratado de No Proliferación le autoriza a desarrollar el ciclo completo, es decir, a producir su propio combustible (lo que exige enriquecer uranio, la parte más difícil para lograr armas atómicas). La anterior propuesta de Irán a las grandes potencias, en 2008, fue un texto retórico y lleno de generalidades. Volver |