OIEA, 30 jul 2009. La OIEA y Serbia iniciarán acciones para repatriar dos toneladas y media de materiales radioactivos de la planta de Vinca a Rusia en agosto. Para esto se necesitará estabilizar el combustible y re-envasarlo.
Una leve lluvia de verano cae sobre un depósito decrépito y oxidado en los suburbios de Belgrado. Desde el exterior, todo parece ser normal, no es más que un almacén viejo junto una serie de árboles. Pero en su interior, pilas de viejos residuos radioactivos en condiciones deplorables han sido almacenados por décadas, generando una amenaza a la salud y seguridad de las personas y del medio ambiente de la región. Más de mil fuentes radioactivas selladas permanecen en el interior – reservas radioactivas de mas de medio siglo de antigüedad pertenecientes a la ex - Yugoslavia y Serbia. Pero el contenido del almacén de materiales radioactivos es un misterio, ya que no se han mantenido registros precisos. Tal es la escena en el Instituto Vinca de Ciencias Nucleares, el campus de investigación que funcionó como el centro de las investigaciones nucleares de la ex - Yugoslavia a fines de los años 1940.
A solo un par de kilómetros del Danubio, el centro ha soportado diferentes períodos, desde una alta influencia, incluyendo varios grados de intervención durante la Guerra Fría por parte de los Estados Unidos y la Unión Soviética. En 1959, la URSS proveyó Vinca de combustible nuclear y asistencia técnica en la construcción del reactor “RA”, de 6.5 megawatts. Este reactor de aguas pesadas con capacidad para usar combustible altamente enriquecido en U235, fue el segundo en operar en Vinca, y fue precedido por el primer reactor nuclear del país, que continua operando en la actualidad. Ha habido mucha especulación sobre las intenciones originales de la planta bajo las órdenes del líder Yugoslavo Josip Broz Tito, y algunas investigaciones indican que se condujeron investigaciones para crear armas nucleares en los inicios del instituto.
Los cambios en el gobierno, el quiebre de Yugoslavia y los bombardeos de la OTAN en 1999 son factores contribuyentes para mantener la dirección del manejo de Vinca en un flujo constante. Estas dinámicas han llevado a la planta a lo que es hoy, y sirven como primer ejemplo de cómo perecen los equipos más sofisticados y los mejores científicos ante los cambios políticos.
Las preocupaciones sobre Vinca por parte de la comunidad internacional crecieron a mediados de los años 1990 cuando se enviaron equipos de investigación de la OIEA bajo pedido serbio. Estas visitas fueron instrumentales para alertar al mundo sobre el estado del combustible nuclear en el lugar y el posible riesgo a la salud y la seguridad de aquellos que se encuentran cerca de Vinca.
Un extraordinario nivel de cooperación internacional se ha logrado para la limpieza de Vinca como parte de los esfuerzos de la AIEA y de la comunidad global para reducir el enriquecimiento de uranio y de retornar el uranio altamente enriquecido (HEU, por sus siglas en inglés) a su país de origen. El primer paso en la limpieza de Vinca se tomó a principios de esta década cuando se analizaron las mayores amenazas para la proliferación. En 2002, una operación internacional devolvió 48 kilogramos de HEU de origen soviético luego de negociaciones entre la ex – Yugoslavia, los Estados Unidos, Rusia, la OIEA y otras partes. El transporte de combustible fue conducido con un intenso operativo seguridad que desplegó a mas de 1200 guardias armados que custodiaban el convoy de camionetas hasta el Aeropuerto de Belgrado para ser llevados en un vuelo a Rusia. El HEU fue convertido a su forma levemente enriquecida en Rusia. Los inspectores de salvaguardas de la OIEA revisaron el procedimiento testeando el material fisil, inspeccionando registros y aplicando sellos a los contenedores enviados. Desde el retorno del HEU, la prioridad principal ha sido lidiar con las dos toneladas y media de elementos nucleares gastados de origen ruso que fueron utilizados inicialmente en el reactor RA. Ya que el reactor estuvo en estado crítico en 1984, el SNF fue almacenado en barriles de aluminio por décadas en una piscina de combustible adyacente. Sin embargo, los químicos en el agua de la piscina han sido poco mantenidos, llevando a la corrosión de los elementos químicos en el aluminio y llevando a pérdidas de material de fusión dentro de la pileta pero sin llegar a afectar al medio ambiente. La condición del agua se ha ido degradando por la acumulación de fango, llevando a que tome un color semejante al de la tinta negra.
El objetivo actual es reempacar el combustible gastado para repatriarlo a Rusia, para lo cual ha sido crucial el apoyo del gobierno serbio. En el pasado mes de junio se firmó un acuerdo entre Serbia y Rusia para regular la trasferencia del combustible y su implementación se espera para la próxima primavera.
El Director General de la OIEA Mohamed ElBaradei visitó el sitio a principios de julio para controlar los progresos en Vinca y comentó “Los desechos nucleares se encuentran en condiciones pobres y necesitan ser trasladados lo antes posible. La situación se encuentra bajo control pero podría ser muy peligrosa para la seguridad.
Para remover, caracterizar y re-envasar el combustible gastado de Vinca se necesitaran operaciones tecnológicamente únicas. El fango de la pileta necesita ser removido, para lo cual se deberá diseñar y fabricar equipamientos especiales para el manejo del combustible y se deberán instalar sistemas de monitoreo de la radioactividad antes de comenzar con el re-envasado. También se deberá estabilizar y analizar el material antes de poder removerlo. A su vez, se necesita modificar la estructura de la planta para permitir el acceso de camiones, grúas y cascos metálicos necesarios para la operación. Volver |