El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, dijo el martes que Irán está listo para enviar su uranio enriquecido al exterior a cambio de combustible nuclear, bajo un plan que Occidente espera ayude a evitar que el material sea utilizado en bombas nucleares.

La agencia nuclear de Naciones Unidas medió un acuerdo bajo el cual Irán enviaría su uranio pobremente enriquecido al exterior a cambio de combustible nuclear para producir isótopos médicos.

"No tenemos problemas para enviar nuestro uranio enriquecido al exterior", dijo Ahmadinejad a la televisión estatal.

"Nosotros decimos: les daremos nuestro uranio enriquecido en un 3,5 por ciento y obtendremos el combustible. Podría tomar de 4 a 5 meses hasta que tengamos el combustible", dijo Ahmadinejad.

"Si enviamos nuestro uranio enriquecido al exterior y luego ellos no nos dan nuestro combustible enriquecido en un 20 por ciento para nuestro reactor, somos capaces de producirlo al interior de Irán", agregó.

Las declaraciones de Ahmadinejad se produjeron luego de que Irán y el organismo supervisor nuclear de la ONU dijeran la semana pasada que aún era posible un acuerdo sobre el enriquecimiento de uranio, incluso pese a que diplomáticos occidentales habían afirmado que Irán descartó la propuesta.

Bajo el acuerdo propuesto, Teherán transferiría el 70 por ciento de su uranio de bajo enriquecimiento (LEU por su sigla en inglés) al exterior, donde sería convertido en barras de combustible especial para mantener el funcionamiento de un reactor médico.

El presidente habló sobre los planes nucleares el mismo día que Irán dijo que pronto ahorcará a nueve manifestantes más por los disturbios producidos luego de una polémica elección presidencial en junio pasado. La oposición dice que las votaciones fueron manipuladas.

"Otros nueve serán colgados pronto. Los nueve y otros dos que fueron colgados el jueves fueron arrestados en los últimos disturbios y tenían vínculos con grupos anti-revolucionarios", dijo el funcionario judicial Ebrahim Raisi, según reportó la agencia de noticias semi-oficial Fars.

Los dos hombres colgados la semana pasada estaban dentro de un grupo de 11 condenados a muerte por acusaciones que incluían "hacer la guerra contra Dios".

Las elecciones de junio le concedieron a Ahmadinejad un segundo mandato, pero desataron la peor crisis interna en la historia de la república islámica. El gobierno negó cualquier fraude electoral.

El líder opositor Mirhossein Mousavi, ex primer ministro dijo el martes que la represión muestra que la Revolución Islámica de 1979 que derrocó al Shah respaldado por Estados Unidos, "no alcanzó sus metas".

"LLenar las prisiones y asesinar brutalmente a manifestantes muestra que la raíz de (...) la dictadura permanece desde la era monárquica", expresó en su sitio web Kalemeh.

¿NUEVAS SANCIONES?

En Estados Unidos, el vicepresidente Joe Biden dijo que los líderes de Irán estaban "sembrado las semillas de su propia destrucción" mediante su dura represión a los disturbios anti-Gobierno.

"La gente de Irán está pensando en ello, las mismas personas marchando, están pensando sobre el cambio de régimen", dijo Biden a MSNBC cuando se le preguntó si era tiempo de un "cambio de régimen" en Irán, debido al fracaso de los esfuerzos del presidente Barack Obama para comprometer a ese país.

Señalando que Washington se apegaba a su camino paralelo de diplomacia y sanciones, Biden insistió: "Es tiempo (para Estados Unidos) de llegar, demostrar que no somos el problema, la mano que es rechazada, y ser capaces de mantener a todo el mundo con nosotros (...) contra el gobierno iraní".

Ahmadinejad también dijo que tres ciudadanos estadounidenses detenidos en Irán y acusado de espionaje podrían ser intercambiados por iraníes encarcelados en Estados Unidos.

"No nos gusta tener a nadie en la cárcel. Existen algunas negociaciones para intercambiar a los tres por iraníes detenidos en Estados Unidos", dijo Ahmadinejad a la televisión estatal.

El presidente no aclaró si se mantenían las negociaciones con funcionarios estadounidenses.

Las tres personas fueron arrestadas a fines de julio cuando ingresaron extraviados a Irán desde el norte de Irak, hecho que complicó aún más las relaciones entre Teherán y Washington, ya estancadas por el programa nuclear iraní.

Volver