La Nación, 20 abr 2010. Menos de una semana después de la histórica cumbre nuclear en Washington, en la que 47 países acordaron redoblar los esfuerzos para combatir el terrorismo nuclear, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, aprobó varios sitios para la instalación de nuevas plantas de enriquecimiento de uranio.
"El presidente aprobó los lugares elegidos para las nuevas instalaciones nucleares", declaró Mojtaba Samare Hashemi, consejero especial del mandatario.
"La construcción de estas instalaciones comenzará cuando el presidente dé la orden", agregó el funcionario, sin dar precisiones sobre el número y la localización de esas instalaciones.
Ahmadinejad anunció el pasado 30 de noviembre la decisión de construir diez nuevas centrales nucleares, pese a las advertencias de nuevas sanciones de la comunidad internacional, que desconfía de la política nuclear de Teherán.
Apenas tres meses después, el director del organismo iraní de Energía Atómica, Ali Akbar Salehi, señaló que la construcción de dos de ellas se iniciaría a lo largo del presente año persa, que arrancó el 21 de marzo.
Tras el anuncio de ayer, Estados Unidos expresó sus dudas sobre las afirmaciones del régimen iraní. "Como ocurre a menudo, la retórica de Irán y su programa nuclear no siempre coinciden con la realidad de lo que son capaces de hacer", dijo el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, acusa al régimen iraní de ocultar, bajo su programa civil, otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas, cuyo objetivo sería la adquisición de armas atómicas, alegato que Teherán niega.
La tensión con Occidente se agravó el pasado 25 de septiembre, cuando el presidente norteamericano, Barack Obama, denunció que Irán había iniciado "meses atrás y de forma clandestina" la construcción de una nueva planta nuclear bajo una colina, cerca de la ciudad santa de Qom.
Además de esta instalación, Irán posee otra fábrica de enriquecimiento de uranio en la región de Natanz, en donde alberga 7500 centrífugas.
Meses después, Irán agudizó su desafío al rechazar una propuesta del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), apoyada por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Rusia, para enviar el 70% de su uranio débilmente enriquecido al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20%, en las condiciones que dice necesitarlo para mantener activo el reactor civil que tiene en Teherán.
Tras el fracaso de la negociación, Ahmadinejad ordenó a los científicos nucleares iraníes que iniciaran en la planta de Natanz el proceso para el enriquecimiento de uranio al 20% por sus propios medios.
Negociaciones
Con el fin de evitar un nuevo paquete de sanciones de la ONU, el jefe de la diplomacia iraní, Manouchehr Mottaki, anunció anteayer que Irán aún está dispuesto al intercambio de combustible nuclear siempre y cuando se acepten las garantías que exige el régimen iraní, y que con tal fin discutirá el tema en los próximos días con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
"El principio del intercambio ha sido aceptado [por Irán y las otras partes]. Podemos trabajar sobre los detalles. Pensamos que en dos semanas podemos redactar un acuerdo para que sea operacional", afirmó Mottaki, que exigió que el intercambio fuera en simultáneo y en territorio iraní.
Francia, sin embargo, rechazó ayer esta propuesta, al señalar que "el ofrecimiento iraní es contrario a las exigencias de la comunidad internacional".
Agencias AP, AFP, EFE y ANSA Volver |