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Un mundo libre de armas nucleares

Kissinger,Shultz,Perry y Nunn, Un mundo libre de armas nucleares

 

 

 

 





The Wall Street Journal
Henry A. Kissinger, George P. Shultz, William J. Perry y Sam Nunn.


Enero 2007 I Link al artículo original (en inglés)

 

Hoy las armas nucleares representan un tremendo peligro, pero también una oportunidad histórica.

El liderazgo de los Estados Unidos será requerido para llevar al mundo a la próxima etapa - a un sólido consenso para revertir la confianza global en las armas nucleares, como una contribución vital para prevenir su proliferación en manos potencialmente peligrosas y terminar, finalmente, como una amenaza al mundo.

Las armas nucleares fueron esenciales para mantener la seguridad internacional durante la Guerra Fría porque tenían un propósito disuasivo. El final de la Guerra Fría hizo obsoleta  la doctrina de la disuasión mutua soviético-americana. No obstante la disuasión, continúa siendo una consideración relevante para muchos estados, respecto de las amenazas por parte de otros estados. Sin embargo, la confianza en las armas nucleares para este propósito está resultando cada vez más peligrosa y menos efectiva.

El reciente test nuclear de Corea del Norte y la negativa por parte de Irán a detener su programa de enriquecimiento de uranio - potencialmente a grado arma- pone en relieve el hecho de que el mundo actual se encuentra en el precipicio hacia una nueva y peligrosa era nuclear. Posiblemente lo más alarmante, es la creciente probabilidad de que algún grupo terrorista no-estatal obtenga armamento nuclear. En la guerra de los terroristas al orden mundial actual, las armas nucleares son la última instancia de la devastación en masa. Y los grupos terroristas con armas nucleares están conceptualmente fuera de los límites de una estrategia de disuasión lo que presenta nuevos y difíciles desafíos a la seguridad.

Aparte de la amenaza terrorista,  a menos que se tomen nuevas medidas urgentes, los Estados Unidos pronto se verán compelidos a entrar en una nueva era nuclear que será mas precaria, psicológicamente desorientadora, y económicamente más costosa que la disuasión en la Guerra Fría. Es más que seguro que podremos replicar con éxito la vieja “Mutua Destrucción Asegurada” soviética-americana, con un aumento constante de potenciales enemigos nucleares en todo el mundo, lo cual incrementa significativamente el riesgo de que las armas nucleares puedan ser usadas. Los nuevos estados nucleares no tienen el beneficio de años de salvaguardias paso a paso puestas en efecto durante la Guerra Fría para prevenir accidentes nucleares, errores de juicio o lanzamientos no-autorizados. Los Estados Unidos y la Unión Soviética aprendieron de sus errores que fueron menos que fatales. Ambos países fueron diligentes al asegurar que ninguna arma nuclear fuera utilizada durante la Guerra Fría, ni por diseño ni por accidente. Las nuevas naciones nucleares y el mundo entero ¿serán tan afortunados en los próximos 50 años tal como lo hemos sido durante la Guerra Fría?

Algunos líderes se encargaron de este tema en tiempos anteriores. En 1953, en  “Átomos para la paz” ante las Naciones Unidas, Dwight D. Eisenhower hizo un llamado a “la determinación norteamericana para ayudar a resolver el aterrador dilema atómico; a dedicar su corazón y su mente a encontrar el camino por el cual la milagrosa inventiva del hombre no deba consagrarse a su muerte, sino que se consagre a su vida.”

John F. Kenedy, buscando quebrar el atasco en el desarme nuclear, dijo, “El mundo no fue concebido para ser una prisión en la cual el hombre espere su propia ejecución.”

Rajiv Gandhi, al dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de junio de 1988, hizo el siguiente llamamiento: “La guerra nuclear no significará la muerte de cien mil millones de personas. O aún de mil millones. Significará la extinción de cuatro mil millones: el fin de la vida en nuestro planeta tierra tal como la conocemos. Venimos a los Estados Unidos para buscar su apoyo. Buscamos su apoyo para poner fin a esta locura.”

Ronald Reagan pidió por la abolición de “todas las armas nucleares”, las que él consideró ser “totalmente irracionales, totalmente inhumanas, sólo buenas para matar, posiblemente destructivas de la vida en la tierra y de la civilización.” Mikhail Gorbachev compartió esta visión, que había sido también expresada por presidentes norteamericanos anteriores.

Aunque Reagan y el Sr. Gorbachev en Reykjavik fallaron en lograr un acuerdo para deshacerse de todas las armas nucleares, ellos realmente tuvieron éxito en revertir la carrera armamentista. Dieron los primeros pasos que guiaron a significativas reducciones en el despliegue de las fuerzas nucleares de largo e intermedio alcance, incluyendo la eliminación de una clace completa de amenazantes misiles.

Qué será necesario para reavivar la visión compartida por Reagan y Gorbachev? Se puede forjar un consenso mundial, lo que supone una serie de pasos prácticos que conduzcan a importantes reducciones del peligro nuclear? Existe una necesidad urgente de ocuparse del desafío que plantean estas dos preguntas.

El Tratado de No Proliferación (TNP) previó el fin de todas las armas nucleares. Estipula: a) que los estados que no poseían armas nucleares hasta 1967 acuerdan no obtenerlas, y b) que los estados que las poseen acuerdan en despojarse de estas armas a lo largo del tiempo. Todos los presidentes de ambos partidos desde Richard Nixon han reafirmado estas obligaciones del tratado, pero los estados que no poseen armas nucleares sehan vuelto cada vez más escépticos respecto de la sinceridad de las potencias nucleares.

Los grandes esfuerzos para la no proliferación están encaminados. El programa Reducción de Cooperativa de Amenazas, la iniciativa de Reducción de la Amenaza Global, la Iniciativa de Seguridad en la Proliferación y los Protocolos Adicionales son enfoques innovadores que proporcionan nuevas poderosas herramientas para detectar las actividades que violan el TNP y ponen en peligro la seguridad mundial. Merecen ser implementados en forma total. Las negociaciones entre Corea del Norte e Irán acerca de la proliferación de armas nucleares, que involucran a todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad además de Alemania y Japón, son crucialmente importantes. Deben ser enérgicamente continuadas.

Pero por ellos mismos, estos pasos no son suficientemente adecuados para el peligro. Reagan y el Secretario General Gorbachev aspiraban conseguir más en su reunión en Reykjavik veinte años atrás - la eliminación completa de las armas nucleares. Su visión escandalizó a los expertos en la doctrina de la disuasión nuclear, pero impulsó las esperanzas de mucha gente alrededor del mundo. Los líderes de los dos países con mayores arsenales de armas nucleares discutieron la abolición de sus más poderosas armas.

Qué debería hacerse? Pueden hacerse realidad las promesas del Tratado de No-Proliferación Nuclear y las posibilidades concebidas en Reykjavik? Creemos que los Estados Unidos deben lanzar un gran esfuerzo para producir una respuesta positiva mediante etapas concretas.

La primera y la más importante es el trabajo intensivo con líderes de los países que poseen armas nucleares para hacer que el objetivo de un mundo libre de estas armas sea una empresa conjunta. Esta meta compartida, al implicar cambios en la disposición de los Estados a poseer armas nucleares, daría un peso mayor a los esfuerzos en marcha para evitar que emerja una Corea del Norte o un Irán con armas nucleares.

El programa en cuyo marco deberían buscarse los acuerdos constituiría una serie de medidas acordadas y urgentes que forjarían las bases para un mundo libre de la amenaza nuclear. Estos pasos incluirían:

Cambiar la postura de despliegue de armas nucleares de la Guerra Fría, para aumentar los plazos de advertencia y por lo tanto reducir el peligro de uso accidental o no autorizado de un arma nuclear. 

Continuar reduciendo en forma sustancial el tamaño de la fuerza nuclear en todos los Estados que la posean.

Eliminar de armas nucleares de corto alcance diseñadas para un despliegue en el frente.

Iniciar un proceso bipartidario en el Senado, que incluya el entendimiento para aumentar la confianza y ejecutar revisiones periódicas para alcanzar la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, tomando ventaja de los avances técnicos recientes. Asimismo, el Senado debe trabajar para asegurar su ratificación por parte de otros Estados clave.

Lograr los mayores estándares de seguridad posibles para todas las existencias de armas, plutonio utilizable para armas y uranio altamente enriquecido en cualquier lugar del mundo.

Controlar el proceso de enriquecimiento de uranio, con la garantía de que el uranio para reactores nucleares pueda ser obtenido a un precio razonable, en primer lugar del Grupo de Proveedores Nucleares y en un segundo término del Orgniasmo Internacional de  Energía Atómica (OIEA) u otras reservas internacionales controladas. También será necesario tratar cuestiones de proliferación nuclear relacionadas con el combustible gastado en los reactores para la producción de electricidad.

Parar la producción de material fisil para armas en todo el mundo; retirar progresivamente el uranio enriquecido de uso civil y remover el uranio utilizable para armas de los centros de investigación en todo el mundo hasta dejarlos en lugar seguro. 

Redoblar los esfuerzos para resolver los enfrentamientos regionales y aquellos conflictos que puedan provocar el surgimiento de nuevas fuerzas nucleares.


La concreción del objetivo de un mundo libre de armas nucleares también requerirá medidas efectivas para impedir o contrarrestar cualquier conducta relativa a este problema que sea una amenaza potencial a la seguridad de cualquier estado o población.

La afirmación de la visión de un mundo libre de armas nucleares y de las medidas concretas hacia la consecución de ese objetivo es, y sería  percibida como, una iniciativa clara y consistente con la herencia moral de los Estados Unidos. Este esfuerzo podría tener un impacto profundamente positivo en la seguridad de generaciones futuras. Sin esta visión clara, las acciones no serán percibidas como justas o urgentes. Sin estas acciones, esta visión no será percibida como realista ni como posible.

Apoyamos el objetivo de un mundo libre de armas nucleares y el trabajar enérgicamente en las acciones requeridas para alcanzar ese objetivo, comenzando por las medidas delineadas más arriba.

Traducción: Fundación NPSGlobal



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