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Prohibición de las armas químicas. La OPAQ: Un exitoso ejemplo de multilateralismo, Rogelio Pfirter
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La OPAQ es un organismo totalmente independiente que interactúa frecuentemente con el sistema de las Naciones Unidas, buscando maximizar las capacidades mutuas en áreas convergentes. Ha recibido el reiterado endoso político de la Asamblea General y mantiene estrecha cooperación con el Secretario General, así como con su Representante Especial para Asuntos de Desarme y la Oficina para el Desarme.

Logros de la OPAQ

El trabajo metódico y responsable de la OPAQ ha redundado en avances concretos hacia el cumplimiento de los objetivos de la Convención.

El progreso hacia la universalidad del Tratado ha sido notable. Hoy suma 184 Estados Partes, con lo que abarca más del 98% de la población, el territorio y la industria química del mundo. Es probable que algunos de los 11 países que aún no han ingresado(ii), lo hagan en el futuro cercano (iii).

El establecimiento de un sistema de verificación eficaz ha sido un logro particularmente trascendental de la OPAQ, que lleva realizadas miles de inspecciones internacionales, el 85% de ellas en instalaciones militares y el resto en plantas industriales de 80 países.

Se ha avanzado mucho en el desarme químico. La OPAQ ha inventariado y verificado el 100% de los arsenales declarados. Todas las instalaciones de producción declaradas han sido desactivadas. Al 31 de mayo de 2008, los inspectores de la OPAQ habían verificado la destrucción irreversible de casi el 40% de las 70.00 toneladas métricas de armas químicas declaradas por seis Estados. De éstos, uno ha completado la destrucción de su arsenal químico y otro está a punto de hacer lo mismo.

En ese marco, los dos países que poseen los mayores arsenales químicos —la Federación Rusa y los Estados Unidos de América— pueden mostrar progresos importantes y han cumplido con las metas intermedias de destrucción que les fijara la OPAQ. La Federación Rusa ha destruido casi el 3% de las 40.000 toneladas que declaró y, en coincidencia con la voluntad reiterada por su Gobierno de respetar el plazo obligatorio de la Convención, continúa avanzando en la construcción de las instalaciones necesarias para poder completar la tarea. Rusia ha recibido significativo apoyo financiero del Grupo de los 8 y de otros países para su programa. Por su parte, Estados Unidos, que declaró unas 28.000 toneladas, lleva invertidos cerca de quince mil millones de dólares en su eliminación. Ha destruido el 52% del total, incluyendo las denominadas armas químicas binarias, que constituían la categoría más avanzada y peligrosa en su arsenal. Estados Unidos ha reiterado su firme compromiso de cumplir las obligaciones de la Convención y la determinación de hacerlo en una forma segura y no perjudicial al medio ambiente.

De conformidad con la Convención, China y Japón siguen progresando hacia la destrucción de las armas químicas abandonadas hace décadas por el segundo en el territorio del primero, objetivo que cuenta con el respaldo de la OPAQ. La cooperación entre ambos países en este importante tema es un buen ejemplo del positivo espíritu predominante en la OPAQ.

La OPAQ ha avanzado mucho en su agenda contra la proliferación de armas químicas, aunque todavía tiene que desarrollar más ciertas áreas. Los Estados parte de la Convención voluntariamente han sometido al régimen de verificación más de cinco mil facilidades incluyendo laboratorios de pequeña escala e industriales. La OPAQ lleva realizadas más de 1.400 inspecciones en esta esfera.

De igual forma, aún cuando queda bastante por hacer, ha habido un significativo progreso en el cumplimiento de las obligaciones generales emanadas del Tratado. Casi todos los países ya han establecido su “Autoridad Nacional”. Unos ochenta Estados, incluida la Argentina, han completado la legislación interna requerida, mientras que otro considerable número está avanzado en ese proceso.

La OPAQ patrocina numerosos programas vinculados con la asistencia y protección previstas en el Tratado. El interés en este beneficio ha aumentado por la preocupación de que, como en 1995 en Tokio, grupos terroristas empleen substancias químicas prohibidas o incluso productos permitidos, como pasó recientemente con el cloro. También preocupa la seguridad industrial. Sin perjuicio de su carácter independiente y en el marco de sus bien definidas competencias, la OPAQ apoya el trabajo del Comité creado por la Resolución 1540(2004) del Consejo de Seguridad, que es obligatoria para todos los países y está dirigida a impedir el acceso de terroristas a las armas de destrucción masiva.


 


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